martes, 12 de noviembre de 2013

Todo lo que escribí ayer se acaba de ir al garete... hoy me siento hundida. Es martes, tal vez tenga algo que ver que los martes estoy más cerca de ella, ya que voy a patinar y estamos a menos distancia. A veces incluso he visto su coche aparcado en la calle. No puedo evitar un vuelco al corazón cuando eso sucede y siempre intento elegir otro camino de vuelta para evitar su reacción de rechazo y/o indiferencia. Prefiero ahorrarme el bochorno y consiguiente malestar. Todavía no sé si el contacto cero será temporal o definitivo. Supongo que lo mejor es pensar lo segundo, ya que la esperanza es dañina. El siguiente paso es hacerme a la idea de que pronto la veré con otra. No creo que eso tarde mucho en suceder, ya que es una persona encantadora. Si yo estoy intentando pasar página, ella habrá terminado ya el libro de nuestra relación, puesto que no siente nada por mí. Si sólo quiere ser mi amiga y equiparo mi situación a la que tuve con Ana, sólo podré ser su amiga... cuando me enamore de otra. Eso es lo que me sucedió con Ana y he tardado más de 5 años. Es cierto que la relación ha sido más corta, pero eso no le resta importancia alguna. También es cierto que esta vez soy más fuerte y trataré de rehacer mi vida lo antes posible. Sufrir por sufrir no tiene ningún sentido. Ahora estoy conociendo a más gente que antes (todo tipo de personas ), ya que no soy tan tímida como hace años, y me encuentro sorpresas, incluso ha resultado que mi monitora de patinaje tiene los mismos gustos que yo. Me duele pensar que, tal vez, dentro de un tiempo, nos crucemos por la calle como dos desconocidas. Sería una auténtica pena desperdiciar algo tan bonito...

lunes, 11 de noviembre de 2013

Creo en la inmensidad del amor, en su poder de traspasarlo todo. En la fuerza de la mirada, de una caricia, de un beso... En la magia que rodea a los seres que se aman. Mis sentimientos siempre han sido sinceros, limpios, puros... Deseo que eso no se pierda nunca, pues es tan bello que ni la más espectacular puesta de sol le puede hacer sombra.
La vida: unas veces cruel. Otras, ilusionante. Y las personas, una auténtica caja de sorpresas. Llevo una sonrisa por compañera, de las sinceras, de las que intentan transmitir todo lo bueno que hay en mí. Este cambio de actitud está resultando determinante para mí y, lo mejor de todo, es que estoy empezando a valorarme de verdad. Incluso, diría yo, a respetarme, a sentir que no sólo pierdo yo. Sólo hay una vida y ésta no corre, vuela. Dentro de un mes justo cumpliré un año más y estoy dispuesta a no dejar pasar ni un solo segundo sin disfrutarlo. Basta de llorar. Basta de sufrir. Quiero vivir.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Últimas reflexiones producto de la noche: Si no quiere verme es porque realmente me quiere mucho menos de lo que me decía. Por otro lado, si dejamos de vernos mucho tiempo, evidentemente nunca se enamorará de mí. Todo lo contrario, me olvidará mucho antes. Conclusión: no hay esperanza.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Otro fin de semana raro. A lo largo de la semana he conseguido "inflar" mi estado de ánimo, pero no sé qué demonios tienen los sábados que me desinflo un poquito. Y eso que probablemente no voy a estar sola en toda la tarde y eso me ayudará a tener la mente ocupada. Me alegra tener planes para hoy y mañana y sé que lo pasaré bien. Me doy cuenta de lo importantísimo que es estar rodeada de gente que me aprecia. Eso me enriquece, me llena, me hace sentir que formo parte de la vida y la respiro más profundamente. "La única manera de averiguar si el gato sigue vivo dentro de la caja es abrir la puerta y mirar dentro".

jueves, 7 de noviembre de 2013

Estoy muy cabreada porque últimamente me caigo mucho patinando. Es cierto que cada vez los trucos son más difíciles, pero me resulta preocupante. Será que estoy hecha una abuelica... pero con la fuerza y energía de una adolescente.
El único modo posible de saber si una relación puede funcionar es apostando por ella, luchando por ella. Y hacerlo en condiciones de igualdad, eso siempre. No se puede comenzar una relación con el miedo de que nos vaya a suceder lo mismo que en la anterior, porque así fracasará irremediablemente. No se puede vivir con miedo. Nadie le asegura a alguien que haya sufrido un accidente que vaya a estar libre de sufrir otro. O una enfermedad... En el caso de las relaciones, evidentemente puede volver a suceder lo mismo, a no ser que des con la persona adecuada. Cuando hay alguien que te gusta mucho, que te hace sentir bien y que te importa, yo personalmente lucharía por esa persona hasta el agotamiento, o hasta que se quiera marchar por voluntad propia. Pero, en mi caso, he chocado una y otra vez contra un muro infranqueable y estoy exhausta. Hace muchísimo tiempo que esto dejó de estar en mis manos. Por eso debo pasar página sin mirar atrás ni vivir anclada en una vana esperanza que se sustenta en la nada. Porque el presente es NO, es rechazo, silencio y alejamiento. Siento mucha rabia porque todo podría haber sido tan bonito... y aún hoy, con las cosas que han sucedido, pienso que puede haber esperanza, pero ya no depende de mí. Yo tengo las cosas muy claras. Voy a retomar mi vida, pero esta vez en serio, ya que no veo respuestas. No quiero despertarme más noches con taquicardia. Y duele saber que he perdido algo tan bello, pero yo también tengo mi belleza y parece ser que es muy fácil dejarme ir. Ojalá todo hubiese sido diferente... ojalá lo pudiese ser aún. Ya no hay nada que yo pueda hacer.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Hoy ha sido un día bastante tranquilo. Hace ya varios días que apenas tengo trabajo y las mañanas se me hacen eternas. Al menos los ánimos se han apaciguado un poquito y no lo paso tan mal. Ya me voy haciendo escuchar de vez en cuando. No dejaré que la falta de educación me afecte. La tarde no ha estado mal. He tenido terapia con Daniel, me he comprado un caprichito en forma de libro y después he tenido clase de alemán. Estoy muy contenta de haberme apuntado, disfruto mucho recordando lo que había olvidado y, cómo no, aprendiendo cosas nuevas cada día. Mente abierta al conocimiento. Mi monitora de patinaje me ha escrito para proponerme ser su pareja en una competición de slalom y no puedo evitar planteármelo, jeje, pero depende de la fecha y el lugar. Ya he empezado a preparar mi examen de chino para el día 30. Me gusta tener la agenda repleta y la mente ocupada. Siempre he sido así y me alegra ver que no decaen mis inquietudes con el paso de los años. Incluso Daniel me está ayudando a darme cuenta de cómo soy y a sentirme orgullosa de ser así. Hoy ha sido un día tranquilo y, por qué no, bastante bueno. Ahora toca leer un ratito, ver "Llamar a la comadrona" y dormir, dormir, dormir...zzzzzzz

martes, 5 de noviembre de 2013

Voy a darle gracias a la vida por haberme permitido conocer a un ser tan maravilloso, aunque me lo haya arrebatado tan rápido. Esta mañana he pensado largamente en ella (aprovechando la escasez de trabajo), me he recreado en cada recuerdo bonito y he conseguido sonreír. Echaré de menos su sonrisa, su mirada dulce y cálida, su cara pecosa... nuestros paseos nocturnos por la calle, entre besos y caricias a escondidas. Echaré de menos los momentos en su casa, tumbadas, viendo frágiles o cantando canciones sin dejar de mirarnos a los ojos. Amarla con la mirada. Cuando cenábamos en algún restaurante y alargaba su brazo para tocar mi mano o acariciarme la cara. Echaré tanto de menos su insistencia para que le hablase en francés, en inglés, italiano... Me habría encantado hacer ese viaje a París. Allí se habría hartado de escucharme hablar en francés. Le habría dado masajes en los pies todas las noches y habría disfrutado de su cara de placer. Y pensar que a mí nunca me han gustado los pies... de ella me gustaba todo. Tengo tantos recuerdos bellos a su lado que no puedo sino dar gracias por haberlos compartido con ella. Ahora es ella quien no quiere volver a verme. Incluso querrá que la olvide. No es fácil sacar del alma a un ser tan especial. Ya lo he escrito en alguna ocasión. Lo que ella no sabe es que yo también me he metido un poquito en su corazón... pero igual nunca llega a ser consciente de ello y me olvida antes de que eso ocurra.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El viento empuja las hojas, los árboles, mueve papeleras, arranca tejas y a punto ha estado de tirarme de la bici... Como quien dice, soplan tiempos de cambios... el ciclo de la vida sigue sin detenerse. La oscuridad hace mella en el ánimo, es inevitable, no sólo la del cielo. Acabo de recibir una buena noticia: mi amiga Yolanda va a tener a su segundo hijo. Esperanza entre tanta desesperanza. Pero ella está lejos, a muchos kilómetros de distancia, y no podré verlos hasta Navidad por lo menos. Al regresar a casa he estado varios minutos observando una foto de mi abue, ese rostro bondadoso y tierno, reflejo de su enorme corazón. No he podido evitar llorar. La quería tanto... Estoy nostálgica y melancólica y todo me afecta un poquito más. A pesar de todo, el día no ha estado mal. Ha sido otro de esos días de no parar y, tal vez gracias a eso, la melancolía no ha hecho mella en mí tan profundamente. Los primeros días de frío los llevo muy mal, envuelta en una manta polar desde que llego a casa. Las mañanas son lo peor, pues el simple gesto de sacar un brazo de la cama ya me mata. A mi perro a veces ni lo encuentro porque está "enterrado" en su manta. No es tonto, la verdad. Si yo fuese perro haría lo mismo.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Momentos profundos del fin de semana... Es curioso, pero todas las semanas, el sábado me pongo mustia mientras friego. Es el instante en que me llueven miles de preguntas y mi mente y mi corazón se desbordan al no conocer las respuestas. Todo ello aderezado con una banda sonora deprimente (¿qué le sucede a Dani Martín, que en su nueva etapa consigue deprimir a un muerto????). El caso es que llevo muy mal los fines de semana, exceptuando el domingo por la mañana, que me paso cuatro horas patinando y no hay cabida para pensamientos tristes. La vida es extraña, mucho. Voy a cumplir 36 años el mes que viene y aún no he encontrado mi lugar. Lo siento, lo noto, lo necesito ya. Quizás es que no me he encontrado a mí misma todavía y de ahí mis comportamientos infantiles. A veces me puede mi deseo de mejorar, pero acabo ahogándome en la impotencia y vuelvo a perder el rumbo. Deseo madurar por encima de todo y hallar mi ansiada paz interior. La había encontrado y volví a perderla. Quiero estar preparada para cuando haya alguien dispuesta a quererme. Tengo tantas cosas buenas empañadas por mis reacciones estúpidas y pueriles que duele. Tengo mucho amor guardado, muchos buenos sentimientos, palabras, intenciones... pero no he sabido expresarlas correctamente y he acabado perdiendo. Quizás no era el momento, quizás no era la persona adecuada... En cualquier caso, no puedo hacer sino acallar este sentimiento y dejar que muera poquito a poco. Ahora mismo estoy ciega y no veo a las personas que sí me quieren y desean estar conmigo. Ésta es otra mala etapa de mi vida que espero acabe pronto. Si sólo pudiese desearlo y hacer desaparecer el dolor... Algún día. No quiero entrar a los 36 sintiéndome mal, sino con optimismo y valor. No me gusta la cobardía y creo que estoy siendo tremendamente cobarde. La Inma auténtica tiene que emerger. La persona divertida, sana, alegre, con inquietudes y deseos que compartir con el mundo. Objetivo a conseguir.

viernes, 1 de noviembre de 2013

No quiero que nos perdamos el respeto, el cariño... Es mejor que el tiempo enfríe las cosas para que podamos valorarlas con objetividad. Ahora no es el momento para nada, yo no estoy bien y mis reacciones no son las más adecuadas. Necesito tiempo para madurar la situación y valorar la posibilidad de una amistad. Tal vez algún día podamos ser amigas, pero en este momento no estoy preparada y lo único que deseo es recuperar mi paz interior, que así se vive muy mal. Le guardo un gran cariño y temo que se puedan decir cosas que no sintamos realmente dejándonos llevar por el dolor o la presión. La considero una gran persona y no se merece que le haga daño.
No entiendo a qué ha venido ese último comentario. No sé qué pretendía ni qué intención llevaba, pero me ha resultado hiriente y dañino. Que te digan eso de "que te compre quien te entienda" nunca es algo bueno. No comprendo el motivo, simplemente porque le he dicho que necesitaba un abrazo suyo (cosa que era cierta). Realmente no sé si habría estado dispuesta a dármelo. Viendo que no me contestaba no he querido insistirle y he seguido con los planes que tenía para la tarde. Ni más ni menos. Qué pena que sienta esas cosas tan feas hacia mí y que el rechazo, lejos de disminuir, vaya en aumento. Se ha formado una imagen distorsionada de mí producto de mis reacciones. Me considera una persona agobiante y pesada y estoy segura de que ésa es la única imagen que le queda de mí. Todo esto me hace sentir como una auténtica basura, pero eso es problema mío el no saber valorarme más. Yo no puedo sentir nada malo hacia ella, a pesar de todas sus negativas y su insistencia en que nunca me querrá. ¿Dónde quedaron todas las cosas bonitas que vivimos? A mí no me queda más remedio que olvidarlas para que no me sigan haciendo daño. Puede que nunca me quiera como yo a ella, eso ya me ha entrado en la cabeza y seguiré mi vida sin ella, pero jamás podré sentir por ella nada feo. Qué dolor me produce conocer lo que piensa de mí. Especialmente, porque me enamoré de ella y quise darle todo. Las cosas nunca son como queremos. La vida da y quita cruelmente.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Miércoles... ecuador de esta semana corta. Esta mañana la situación ha sido menos tensa en el trabajo, pero no puedo evitar que cada día se me haga más cuesta arriba ir a trabajar. Lástima que nada mejore en este país y no se pueda acceder a un trabajo mejor. Mientras tanto seguiré formándome para cuando llegue el cambio. Al menos llevo unos días que como y duermo mejor, incluso creo que he ganado peso. Pero no puedo evitar sentirme mal al pensar que ya no me recuerda, estoy casi totalmente segura de que es así. La aceptación se ha convertido en mi compañera en la vida. Y el tiempo, mi aliado. Sé que, antes o después, dejará de doler.

martes, 29 de octubre de 2013

Estoy cabreada, mucho. Me amarga tanto mi trabajo que ya no sé qué hacer. Esta mañana, una vez más, he tenido que soportar la mala educación de mi jefe de departamento que, al parecer, tiene algún problema conmigo. No he visto una mayor falta de respeto en un trabajo en toda mi vida. Es una persona hipócrita, cruel, un hijo de la gran... No tiene otra denominación. El día que me vaya de esta empresa (espero poder hacerlo por voluntad propia) le voy a decir a la cara cuatro cosas. No tiene ningún derecho a tratarme como una mierda, que lo hace casi a diario, tratando siempre de ridiculizarme hasta la humillación. Esta mañana he vuelto a llorar en mi trabajo. Estoy tan harta, quiero que esto se acabe. Necesito que me suceda algo bueno YA, AHORA MISMO, y que no venga de paso, que se quede. A veces siento que no puedo soportar más el peso de la vida.

lunes, 28 de octubre de 2013

Me siento rara, mucho. A veces parece que nada haya sucedido en los últimos meses, es como si hubiese habido un impasse del que tengo tantas lagunas... y no porque no sienta, sino porque igual que vino se fue. Y después, el más absoluto de los silencios y el olvido... por su parte, claro está. Menos mal que ya he aceptado la situación.

domingo, 27 de octubre de 2013

Hace ya un tiempo que estoy tremendamente cabreada con el amor. No comprendo este "juego" poderoso que me hace ilusionar y luego me parte el corazón en mil pedazos. Quiero un amor sincero, de los de verdad, de ésos que son correspondidos, de ésos que nunca he conocido en la vida. No quiero amores que, cinco o seis años más tarde, me dicen que se arrepintieron muchas veces de haberme dejado o que se acuerdan con mucha frecuencia de nuestro primer beso... Eso no me vale, porque he estado años y años sufriendo pudiendo haberse evitado. No quiero amores en los que sólo yo ame, pues duelen tanto y producen tanta amargura que me hacen perder la fe en este sentimiento tan añorado y anhelado por mí. Soy una persona digna de ser amada y no comprendo que, dando tanto de mi ser, no consiga sino alejar a quien amo. Estoy muy harta de que esto sea así.

sábado, 26 de octubre de 2013

Me siento muy orgullosa de mí últimamente... soy una campeona. En la vida y en lo deportivo, aunque las caídas me acompañan demasiado y ya no sé qué pensar... Hay más cardenales en mis piernas que en todo el Vaticano, jeje. Pero lo importante es que cuando me caigo me vuelvo a levantar... en todos los aspectos de mi vida. Siempre ha sido así.

jueves, 24 de octubre de 2013

Hoy también ha sido un buen día, salvo en el trabajo, claro está. Pero con eso ya cuento. Y eso que esta mañana me puse una canción alegre de camino al trabajo para animarme y empezar el día con energía. Incapaz de contagiar este espíritu de ánimo a mis compañeros, al final me he rendido, pero no han conseguido amargarme la mañana. Esta tarde me he reencontrado por casualidad con una compañera del colegio y vamos a retomar el contacto, lo cual me alegra enormemente, pues fue la única amiga que tuve en el colegio en realidad. Por otro lado, el regreso de una amistad a mi vida está siendo de gran importancia para mí. Hoy doy gracias por lo que tengo y no he sabido valorar hasta el momento. Soy una persona rica y afortunada.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Me gustan estos días de prisas, de no parar, de encadenar una cosa con otra y acabar exhausta, dejándome caer en plancha sobre la cama hasta que el sueño me aplaste. Estos días que estimulan intelectualmente, que me hacen sentir lista, poderosa, que abren mi mente y mis inquietudes. Días con momentos de autoconocimiento más profundo hasta el punto de pararme en la calle para escribir en mi diario cualquier cosita que se me ocurra. Estos días que se viven intensamente. Por ocurrirme, de todo, incluso hasta tener que dar calabazas entre actividad y actividad. Lo que no me pase a mí...

sábado, 19 de octubre de 2013

Ahora que he comenzado a odiar también los fines de semana, el sábado es el día que más detesto de la semana, junto con la tarde del domingo. Esta tarde tengo fiesta de cumpleaños de mi sobrino y tengo que ponerme la máscara de la sonrisa, que es lo que menos me apetece. Pero toca, no quiero amargarle la fiesta a nadie. Y mucho menos a mi familia. Los únicos momentos en que me siento en paz son los domingos por la mañana, ya que me paso varias horas haciendo lo que más me gusta: patinar. Es lo único que me hace olvidar y estar feliz, aunque sea temporalmente. Ayer vi a una amiga suya por la calle y me saludó con una sonrisa. Eso me gustó. Al menos sé que no me tienen manía a pesar de todo. Me hizo sentir bien. Es cierto que cada día voy estando un poquito mejor, pero no puedo evitar sentir la tristeza del alejamiento y eso tardará un tiempo en curar. Es que es difícil desprenderse de algo tan bonito... espero que ella también piense eso de mí.
"NUNCA NUNCA NUNCA NUNCA NUNCA te va a llamar para decirte que te quiere. Métetelo en la cabeza." Éste es mi recital mañanero de todos los días, salvo hace un par de días que me desperté estúpidamente ilusa. También por las noches, antes de acostarme, me intento machacar un poquito con estas palabras. Tengo que ser realista. Me ha dicho cientos de veces que no me quiere como yo quiero, que sólo le gusto y me tiene cariño. Grábatelo, tatúatelo en la mente y el alma, que ella no es ni será para ti. Estoy harta de que me digan que no me quieren lo suficiente y que les encantaría enamorarse de mí. Me lo han dicho las dos mujeres a las que he amado... Es tan frustrante... Me está olvidando y, a cada segundo que pasa, nos alejamos más y más. Lo siento así. Cuánto deseo que el tiempo vuele, que no se vaya arrastrando lentamente como lo hace, para que se convierta en un ruido blanco.... esa música de El Corte Inglés que sabes que está pero a la que no prestas atención. Jeje, cosas de psicólogos. Ni siquiera tengo la seguridad de que se acuerde de mí y, muchísimo menos, de que me eche de menos alguna vez. Es una pena, esto habría podido ser algo maravilloso.

viernes, 18 de octubre de 2013

LA NOSTALGIA HACE SANGRAR POR DENTRO. PERO EL CORAZÓN NO ELIGE: AMA O NO AMA.

jueves, 17 de octubre de 2013

Por una vez me podía dar una alegría o sorpresa en esto del amor... podía ir a recogerme, escribirme alguna cosa bonita como que me echa de menos o cualquier otro detallito no material que hiciese que mi corazón se desborde de felicidad... para variar. Ais.
La vida es una auténtica jungla de fieras. El trabajo es la mayor de todas y hay que tener los ojos bien abiertos para que no nos pisoteen ni nos humillen. Hace más de una año y medio que trabajo en esta empresa y yo misma me noto día a día el cambio, no espectacular, pero sí progresivo, que va sufriendo mi personalidad. Creo que me estoy "Extrualizando", por expresarlo de algún modo. El ambiente diario habitual contempla una gran tensión y ello conlleva a la gente a comportarse como si tuviesen el enemigo en casa, esto es, en la misma empresa. Y puede que así sea. Sin embargo, yo siempre he sido fiel al compañerismo y al buen rollo para facilitar las cosas. Pasamos una buena parte de nuestra vida en el trabajo y por qué no hacer que no sea, al menos, un lugar donde vayamos a amargarnos unos a otros. El problema es que la gente no parece estar dispuesta y, a la larga, en vista de los escasos resultados de mi amabiliadad, me tocan tanto las narices que yo misma acabo saltando. No me pienso convertir en una de ellos, pero tampoco voy a dejar que me humillen como me dejaba hacer al principio. Las cosas claras, ante todo. Nada de gritos, insultos, mucho menos el uso de violencia... mantengo una actitud lo más asertiva posible para que no me coman y, especialmente, para que el malhumor de los demás no me afecte o lo haga lo mínimo. Creo que éste es el camino y cada día me siento más segura, respondo como creo que debo hacerlo y me siento mejor. Hoy ha sido un buen día laboralmente hablando, incluso he bromeado con los compañeros y por un momento me he sentido bien allí.
Esta mañana me he levantado con la plena convicción de que, si en un tiempo prudencial, no ha encontrado a nadie que le guste más que yo, ella y yo volveremos a estar juntas. ¿Motivos? No tengo ni la más remota idea de por qué ahora mismo pienso así. Igual es porque pienso que es una pena echar a perder ese feeling, ese sexo maravilloso, esos momentos mágicos entre canciones, tarareos, besos y abrazos. Sé que, si no se ha enamorado de mí hasta ahora, ha sido por mi comportamiento agobiante e infantil y también, en parte, por su rechazo a tener una relación tan pronto. Pero, cuando la situación se haya calmado y quizás me empiece a echar de menos, yo habré trabajado en mí para poder ser mejor. Entonces encontrará a la mujer que realmente quiere, y ésa seré yo. Entonces podremos darnos calorcito en invierno. Probablemente estoy pecando de ilusa de nuevo, pero hoy me voy a permitir pensar así porque me da la gana. Mañana será otro día.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Hoy hace 3 meses que nos conocimos. Nunca olvidaré el momento exacto en que la vi por primera vez. Gracias por ese mes tan bello, especial e ilusionante. Je te garde dans mon coeur.
Esta mañana, en el trabajo, me he quedado unos segundos embobada mirando fijamente a través de la ventana (algo que me viene sucediendo casi a diario). Las hojas de los árboles se mecían. El cielo, que una hora antes estaba cubierto, se había vuelto azul... el mundo y la vida siguen su ritmo con valentía. Debo aprender de ellos. Llevo unas semanas sin ser la que era, tristona, apagada, sin poder concentrarme prácticamente en nada. Siento la urgente necesidad de recuperar la ilusión de vivir, volver a sentir verdadera alegría al hacer las cosas que me gustan. Llevo más de dos meses con el mismo libro y aún no he pasado de la página 100, yo, que siempre he sido una devoralibros. Hace tiempo que no juego con mis sobrinos, que no les leo un cuento, que no admiro su inocente belleza. Quiero poder recuperar las siestas en lugar de ponerme a escribir palabras deprimentes en un blog. Necesito descansar, fortalecerme físicamente. A veces me siento como una mera espectadora de la vida o como una actriz de reparto que se queda fuera de la película. Me miro al espejo y sólo veo a una chica flacucha con la mirada apagada. Lo de flacucha me habría gustado en otro momento, pero ahora es un signo de fealdad. Tampoco voy a decir que antes me mirase al espejo y dijese: "estás más buena que el pan", no voy a engañarme. Pero no estoy tan mal... cuando estoy bien. Dentro de dos meses cumpliré mi doble mayoría de edad y me he propuesto un cambio firme en mi forma de ser y de pensar. Tengo que aprender a ser consciente de que soy una mujer, no una niña. Y comportarme como tal. De nada sirven las palabras si no hay comportamientos que las sustenten. Lo lograré, con esfuerzo y tragando mucho dolor, pero sé que lo haré. Esta tarde toca sesión y pienso sacarle mucho provecho.
Necesitaba escribir antes de irme al trabajo porque acabo de leer los mensajes que me envió anoche y no puedo más que agradecerle su actitud comprensiva y siempre dulce y protectora hacia mí, a sabiendas de que seguramente lo que menos le apetece en este momento es escribirme. Lamento muchísimo mis maneras de hacer las cosas, desde el principio en esta relación. Me he perdido yo sola. Ahora sólo deseo salir de esta burbuja de dolor en la que me he metido, quiero que reviente ya y poder escapar de todo esta tristeza. No sé si la vida nos volverá a reunir, como amigas o como lo que sea, pero soy muy consciente de que hay que poner espacio de por medio y esperar un largo tiempo. Me duele enormemente haber vuelto a desilusionarla, aunque sinceramente no sé si podría desilusionarla todavía más. Ojalá le hubiese desilusionado también el contenido del mensaje, pero solamente por el hecho de que no quisiera perderme. Eso nunca lo sabré. La vida es muy sabia y, si algún día, por allá por el 2030, quiere que volvamos a estar juntas, se lo agradeceré de corazón. Me voy a trabajar con la melodía de Los trotamúsicos en la cabeza, ya que acabo de escucharla en la radio. Lo que me faltaba, pena, tristeza y una canción espantosa de banda sonora. En fin...

martes, 15 de octubre de 2013

¿Cómo se me ha podido ir la situación de las manos tanto? Siempre hago las cosas por impulso, nunca las medito lo suficiente y, al final, no sólo empeoro todo sino que acabo haciendo daño a quien no deseo. No sé cómo voy a poder enmendar este error, esperaré a que me perdone con el tiempo y lo olvide. No pretendo que vuelva a llamarme, pero no puedo vivir en paz si sé que me tiene algún tipo de rencor o desprecio. Desde el primer momento no he sabido manejar esta relación y, al final, la he perdido irremediablemente. Es tan curioso cómo he podido acabar provocando el efecto opuesto al que deseaba... ya no hay nada que yo pueda hacer.

lunes, 14 de octubre de 2013

No paro de sentirme mal por si le hice daño al no contestarle anoche. Imagino que fue sólo un whatsapp de cortesía para ver si estaba un poquito mejor, aunque me gustaría tanto que fuese por otro motivo... Tengo que meterme en la cabeza que no me quiere, no me quiere, no me quiere... que me olvidará enseguida. Ojalá las cosas, por una vez, fuesen buenas y la vida me diese esta oportunidad. Sería precioso que me diese una sorpresa y me esperase algún día a la salida de una clase o del patinaje... pero sé que no ocurrirá. NO ME QUIERE y tengo que metérmelo en la cabeza. Los whatsapp del sábado por la noche eran una despedida en toda regla: está muy claro que esta vez se acabó de verdad. Siento mucha pena porque es la mujer de mi vida y, puede, que yo de la suya. La frase "Si hemos de estar juntas, lo estaremos" no me vale como consuelo en estos momentos.
Después de decirme que no quería volver a tener contacto conmigo, el fin de semana ha sido bastante durillo. Decidí nuevamente respetar su decisión y no escribirle, por eso, lo que menos me esperaba era un mensaje de su parte preguntando qué tal me había dado el finde. Mi primera reacción fue desconcierto. Después, no supe qué sentir. Estaba tremendamente dolida, con el corazón destrozado y no sabía si responder o no. Me lo pensé bastante y al final le dije un escueto "bien" que no sé si llegó a recibir. Esta mañana no puedo evitar sentirme mal por no haber hablado con ella, pero supongo que comprenderá que ayer no estaba bien. No quiero que se sienta mal. Realmente me desconcierta que me diga que no quiere contacto y luego me escriba. Eso me da mucho que pensar. Por una parte, pienso que es es preocupación que siente por mí. Yo no quiero que sienta preocupación, quiero que me quiera. Y, como eso no puede forzarse, me limito a no hacer nada. Por otra, en un arrebato iluso, pienso que igual me echa de menos y realmente no quiere perderme. Evidentemente, esta opción es la menos creíble, aunque existe. Soy muy consciente de lo que he perdido: una mujer preciosa, inteligente, culta, dulce, tierna, cariñosa, buena, apasionada... alguien con quien disfruto muchísimo en todos los sentidos. Pero no tengo tan claro que ella sea consciente de lo que puede perder. Sé que tengo mis defectillos (que iré subsanando con mi fuerza de voluntad), pero tengo muchas virtudes que creo que ella valora. Sé que habría podido quererme al final. Ahora nunca lo sabremos. Esta noche he soñado con mi abuela, que murió hace ya 11 años. Tenía el aspecto de siempre y no distorsionado, como suele suceder en los sueños. Lo más curioso es que me ponía a hablar con ella como si fuese una amiga y le contaba todo lo que había pasado. Ella sólo me dijo una cosa que solía decirme mucho: mi Inma vale un imperio, jeje. Qué bonica. Me he despertado triste al darme cuenta de que sólo era un sueño y ella no está aquí con nosotros pero, por otro lado, me ha dado fuerzas para valorarme un poquito más. No creo que valga un imperio, pero merezco mucho la pena. Si me quiere, que no me deje marchar, que sólo hay una vida y hay que intentar compartirla con quien te hace feliz. TE AMO, CARMEN.

sábado, 12 de octubre de 2013

Al final no he podido aguantar más y he roto a llorar... tanto aguantar no es bueno. Hay mil cosas que no comprendo, y sé que la única solución para todo ahora es NO hacer nada. Vivir y nada más. Tengo que intentar comer más porque me estoy quedando flaquita y sin fuerzas. El deporte ahora sería un gran aliado, pero no tengo ni ganas ni energía. Ni siquiera me apetece patinar. Y, para dormir, nada de soluciones naturales. Hoy necesito algo más fuerte. Sábado noche, peligro, miedo... y mañana, soledad en casa, pues mis padres se van a comer con unos amigos y estarán hasta tarde fuera. Se me ha ocurrido la brillante idea de preguntarle si quiere comer conmigo, pero he obtenido el silencio como respuesta. Para no reventar, he salido a pasear y he llamado a una amiga. Mañana será otro día y la pena no será tan grande. Ya la reconozco, no me resulta ajena, pues no hace tanto que me rompió el corazón la primera vez. Ahora sé que no es lo mismo, pues ya no estábamos juntas, pero el dolor es igual. No se imagina cuánto daño me hace. Sé que yo también se lo hago a ella con mi forma de ser, aunque realmente no llego a comprender que mi comportamiento pueda provocar semejante reacción. Igual es una excusa para "resolver" el dilema de situación ante el que nos encontrábamos. Por otro lado, no puedo entender que eche de su vida con tanta facilidad a una persona que supuestamente le importa tanto como yo. Yo no podría hacerlo, pero ella es más fuerte y firme que yo. Soy consciente de que ella también lo pasa mal al alejarnos. Sé que me quiere de algún modo y que le gusto. Tal vez volvamos a vernos, pero no puedo alimentarme de esperanza o me volveré loca. Toca empezar de nuevo. Pero, de haber una próxima vez, desde luego las cosas deberán estar mucho más claras. No paso por otra, mi corazón no puede más. Me gustó que me dijera que Si hemos de estar juntas, lo estaremos. Aunque eso me lo dijo antes de nuestra conversación de whatsapp y puede que ya no lo piense. El día posterior es el peor, por eso le he escrito, porque aún estoy en caliente y el dolor está a flor de piel. Pero ya he escrito mi última palabra dirigida a ella en whatsapp. Si ella quiere, que me escriba. Pero ya no garantizo que vaya a esperarla, porque no veo ningún interés por su parte en estar conmigo. Vive su vida, y me alegro de que así sea. Puede que me quiera como he dicho antes, o le guste, o disfrute de mi compañía en todos los sentidos, pero desde la distancia y el silencio todo eso no se sabe y, cuando deja de clavarse como un puñal, se mitiga el dolor y empieza el olvido. Sé que ella me olvidará antes que yo. Nuevamente digo que no creo haber hecho algo que no tenga perdón, ni siquiera tan grave como para no merecer otra oportunidad cuando ella esté preparada. Hay mucha voluntad de cambio. Y sé que anoche fui bastante consciente de que esas palabras no debería haberlas escrito, justo en el momento en que le di al botón de envío. Me arrepentí inmediatamente, pero ya era tarde. Sé que me echará de menos, lo tengo bastante claro. Pero sólo al principio. Luego conocerá a otra (puede que esta misma noche) y yo sólo seré una chica a la que conoció un verano después de una tormentosa relación. La quiero tanto que sólo puedo desearle lo mejor. TE QUIERO, CARMEN. NO LO OLVIDES. ERES LA MUJER DE MI VIDA.
Siento una enorme pena, tengo tantas ganas de llorar. Ayer mismo cenaba con ella de maravilla y otra maldita reacción mía lo echa todo a perder de nuevo. Creí que, al ser conocida esta sensación, no dolería tanto. Pero duele tanto o más que la vez anterior, porque en esta ocasión había logrado un pequeño avance con ella. Intentaré utilizar todo el dolor que siento para hacerme más fuerte. Estoy deseando que llegue el miércoles para una nueva sesión con Daniel. Tengo que poder nuevamente, ser como deseo, por favor, ya está bien de sufrir. Me hundo poquito a poco y no veo más allá de estas cuatro paredes. Me dijo que le importo, que le encanto, que está muy bien conmigo... ¿Por qué no me puedo callar la boca y ya está? Sé que las circunstancias no eran las más propicias para que lo nuestro pudiese funcionar, ya que sólo me ofrecía inseguridad, pero al menos tenía algo. En el fondo tengo la esperanza de que me vuelva a escribir otra vez, pero... ¿y si ya no lo hace? Entonces no sé cómo podré seguir. No soy tan fuerte como ella, ojalá pudiese serlo. Es firme en sus decisiones y eso me gusta, pero me duele también. La amo, ayer mientras la observaba se me derretía el corazón. Quiero tener la oportunidad de volver a sentirla cerca, abrazarla y besarla. Sé que puedo cambiar, pero tengo que estar bien antes. El corazón no está curado. Se ha vuelto a romper del todo.
Dicen que no se puede perder lo que nunca se ha tenido, pero yo ahora siento que la vuelvo a perder del todo... Ahora que había conseguido recuperar una ínfima parte de su atención, de su cariño e interés por mí... Todas las noches silencio el móvil, pero hoy se me ha olvidado. Estaba ya cogiendo el sueño cuando he recibido un wsp de Carmen preguntándome si había cenado ya. 'Qué bonica, cómo se acuerda de mí'- he pensado. Y he sonreído. Pero, seguidamente, me vuelve a decir que no había quedado claro aún lo que habíamos decidido con respecto a nosotras. Otro jarro de agua fría. Creía que habíamos quedado en vernos y ver qué pasaba... Dolor, llanto,... Ahora que estaba contenta, otra vez lo mismo. Mi dolor se ha transformado en estúpido orgullo (pataleta, según ella) y he querido poner a prueba mi fortaleza con un resultado pésimo. Digo adiós, no nos vemos más, en un intento de hacerme la fuerte y, tal vez, esperando por su parte una respuesta que en el fondo sé que no llegará: no quiero dejar de verte. Efectivamente, esa respuesta no ha llegado. Pero entonces mi intento de ser fuerte se vuelve consciente de que no puede serlo y recula. Pero ya es tarde, demasiado tarde. Sé que no puedo hacer nada para que ella me quiera, pero me habría gustado intentarlo viéndonos regularmente. Ahora nuevamente se negará y lo comprendo. Sé que le importo, que me quiere de alguna manera y que se preocupa por mí. Quizás eso sea lo máximo que pueda conseguir de ella. No es poco, pero no es lo suficiente para que estemos juntas. Otra vez la incertidumbre, el vacío, la sensación de que pudo haber sido pero volví a meter la pata. Maldito wspp, creo que más me valdría desinstalarlo de una vez por todas. Todo se malinterpreta y se echan a perder bonitas "relaciones" o intentos. Carmen, si lees esto, te repito mil veces que te quiero de corazón. Si pudieses no tener en cuenta esto, sería maravilloso. Quiero verte y hacerte feliz. Quiero luchar por lo que me importa. Otra vez sí que voy a olvidar quitarle el sonido al móvil, ya ya...

jueves, 10 de octubre de 2013

Quiero luchar contra el mundo y las circunstancias, pero me siento impotente. Nuevamente, la única solución es no hacer nada. Me dice que me desea, pero que no puede amarme. Sé que le importo porque no quiere hacerme daño, pero es evidente que no me necesita, pues la idea de que no nos veamos parece dejarla indiferente. Qué dolor. Sólo quiero que sigamos viéndonos y dejándonos llevar por nuestras sensaciones, la pasión, el deseo ... el amor puede o no surgir, nadie garantiza nunca que vaya a llegar. Y eso me enfada, mucho. Se que si dejamos de vernos la perderé para siempre, no volverá a llamarme ahora ni cuando esté bien. Sólo quería luchar por la persona a la que amo. ¿Es tan difícil de entender? Como he puesto en el twitter, lo más sensato no siempre es lo correcto. Vamos a dejarnos llevar un poco por lo insensato por una vez. ¿Me deseas? ¿Te deseo? Pues hagamos el amor. Si supiera cuánto deseo volver a sentir la calidez de su cuerpo...

miércoles, 9 de octubre de 2013

Estoy empezando a sentir que tengo un grave problema de insomnio. Me paso las noches en vela y, para colmo, ni en la siesta consigo dormir más de 5 minutos. No sé a qué será debido, pero estoy empezando a preocuparme porque me siento más agotada de lo habitual. Y dicen que esto empeora con la edad... Yuhuuuu

martes, 8 de octubre de 2013

El otro día me explicó Daniel, de forma clara y escueta, que el AMOR consiste en que dos personas, pudiendo estar separadas, eligen libremente estar juntas. Es cierto que eso yo ya lo sabía, pero sus palabras me hicieron ser tan consciente de esta situación que, de algún modo, me están ayudando a sobrellevarla de la mejor manera posible. Seguidamente me preguntó que, si pudiese hacer un conjuro para que que C. se enamorase perdidamente de mí, lo haría. Respondí inmediatamente y sin vacilar. No. Si bien es cierto que deseo con todas mis fuerzas que me ame con locura, no pretendo ni quiero que lo haga de forma ajena a su voluntad. Si se enamorase de mí algún día, me encantaría que lo hiciese porque ha visto en mí algo que quiere para ella, una compañera para toda la vida. Como dice la última canción de Laura Pausini, "Dejaré que sea el tiempo quien decida si eres para mí. Dejaré que el instinto me rescate y todo vuelva a ser limpio". En ocasiones, una sencilla canción expresa con tal exactitud lo que llevamos dentro que parece nuestra biografía. Hay una canción muy bonita de Pastora Soler que se llama "Conóceme". Tiene una frase preciosa que le dedico a ella: "Conóceme, tal vez encuentres lo increíble. Conóceme, aunque tan sólo sea para saber quién sueña tu amor"... La letra completa de la canción describe muy bien mi deseo. Hoy me muero de ganas de besarla.
Desde anoche parece que estoy subiendo una pendiente y no consigo llegar adonde pretendo. Estoy agotada físicamente, ya que no consigo pegar ojo por las noches. La echo tanto de menos. He conocido a la mujer de mi vida y no quiere estar conmigo. Aunque sufriese la mayor de las metamorfosis y me convirtiese en la mujer más maravillosa del mundo, creo que no daría su brazo a torcer para darme otra oportunidad. Es muy firme en sus decisiones. Eso me gusta, pero que lo sea en otras cosas... jeje. Esta tarde toca psico, a ver si consigo pasar el martes con dignidad. Seguro que mañana estaré mejor.

lunes, 7 de octubre de 2013

Hoy ha sido, en general, un buen día. El trabajo, más o menos bien, y esta tarde he comenzado la clase de B1 de Alemán. Debo reconocer que he ido bastante nerviosa porque he olvidado muchísimos conceptos y esperaba no enterarme de casi nada. Sin embargo, la profe ha dicho que muy bien y que puedo seguir en ese nivel. Ahora sólo falta que se puedan dar las clases, ya que sólo somos dos alumnas. Me alegró tanto ver ayer a Carmen... y, especialmente, volver a ver cariño en su mirada. Ya no ese desprecio de las últimas veces. Bueno, algo es algo. Quedé bastante contenta, aunque sigo siendo realista y tengo los pies en la tierra. ¿Será que realmente estoy madurando? jeje. Si bien es cierto que hubo momentos en que me la habría comido a besos... ea, no soy de piedra. Ojalá ella hubiese sentido una milésima parte de lo que yo sentí ayer al verla. Esta mañana he visto el tweet de las flores, no lo había visto aún, y la verdad es que me alegra saber que le gustaron. Ésa era la intención. No sé si volveremos a vernos y, de ser así, cuándo será. Pero ahora estoy armándome de fuerza y paciencia a diario y, sobre todo, tratando de vivir mi vida y mis actividades. El próximo día 30 de noviembre iré a Madrid para presentarme al examen de primer nivel de Chino. Tengo cosas en perspectivas, pero me encantaría poder compartirlas con alguien tan especial como ella. En fin, voy a dejar de soñar despierta, que luego todo se sabe, jeje.

domingo, 6 de octubre de 2013

¿Qué puedo hacer cuando se me clava la nostalgia hasta herirme de muerte? Hacía días que no lloraba, pero esta tarde no he podido más. He salido a pasear para aprovechar esta bonita tarde y todo, absolutamente todo, me ha recordado a ella. Mala idea pasar por la Caseta de los jardinillos, donde nos vimos por primera vez. El Sandokán, donde la he esperado algunas veces y la veía venir de lejos, tan bella... Carmen, ojalá me recordases con el mismo cariño que yo a ti. Me duele mucho no poder volver a pasear contigo, cogerte por la cintura, el brazo... o la mano. Mirarte de reojo para contemplar tu belleza. Nadie sabe lo tremendamente fuerte que estoy siendo para no decaer y hundirme. Tengo días buenos, otros regulares y los malos son cada día los menos... pero cuando me ataca la maldita nostalgia me convierto en nada. Menos mal que ya controlo mis impulsos y no la llamo ni le escribo. Eso ya no lo haré más. Ayer me escribió para ver cómo estaba y sé que lo hizo por pena o por sentimiento de culpa. No porque realmente me quiera. De eso sí que soy consciente.

sábado, 5 de octubre de 2013

Joder, joder, joder... ¿Quién me manda a mí navegar entre las fotos del ordenador? Me he dado de bruces con las que quería evitar. ¿Pero no se da cuenta de la bonita pareja que hacemos? Es imposible no hacerlo. Por el amor de Dios, si es que existe... no se me ocurre un ser más perfecto que ella como compañera de camino. Ojalá el maldito destino no sea tan maldito y vuelva a reunirnos. Sé que podría hacerla muy feliz. Mucho. Sé que podría amarla bien, ya estoy aprendiendo. Pero nada hay que yo pueda hacer ya. Tiene que haber un paso de su parte y, mucho me temo, no lo va a dar. Está harta de mí.
Si yo estoy olvidando su cara y sus gestos, ella no debe de recordar ya ni mi nombre.

viernes, 4 de octubre de 2013

He empezado a odiar los fines de semana. La única ventaja que les encuentro es no tener que madrugar tanto. Mucho tiempo libre...para pensar. Demasiado. Y si algo no necesito ahora, es pensar. Dar rienda suelta a todos esos pensamientos tristes. Es cierto que cada día estoy un poquito menos mal, pero aún cuesta. El psicólogo me aconseja muchas cosas y me está ayudando mucho. Sé que lo conseguiré. Es uno de los mejores profesionales que he conocido, también el más caro hasta la fecha. Pero, así me arruine, me cueste lo que me cueste, me voy a volver una mujer de los pies a la cabeza. Quiero sentirme orgullosa de mí. Y sé que lo voy a conseguir. Por mí, por nadie más. La quiero pero tengo que aceptar que ya no está. Lo tomaré como una pérdida a la que el tiempo me hará acostumbrarme. No lucharé contra ello y la mejor forma de superarlo es no haciendo nada. NADA. Parece incongruente, es así. Pero es lo que hay. No luchar contra mi impulso de mitigar mi "disforia", que parece ser el término por el que conoce este estado. Dejaré que mi pena me acompañe hasta que, un buen día, se haya hecho tan pequeñita que ni me dé cuenta de que viene conmigo. Tiempo y voluntad.

jueves, 3 de octubre de 2013

A veces, cuando no me doy cuenta, vuelvo a sonreír. Es cierto, lo hago más de lo que mi consciencia me permite captar. No es que sienta alegría, pero la pena se va mitigando poquito a poco. ¿No hay dolor? ¿No hay ausencia? No es eso. Es que me estoy tomando sobredosis de aceptación y resignación e intentando darme cuenta de que la vida sigue... Sólo necesito aire, comida y agua para vivir. Como hacen los demás, además sin ningún problema. No voy a ser yo le "maillot faible", eso nunca más. La vida sigue, la tierra sigue girando, el sol sale cada día (a veces oculto por las nubes, pero ahí está). Nadie se va a parar para darme un empujoncito. O me lo doy yo o me quedo atrás. Estoy cabreada, eso sí. Porque me ha olvidado muy pronto. Porque creí ser importante y puede que lo fuese en un tiempo efímero. Por lo demás, ya me la arrancaré poquito a poco del corazón. Saber que poco o nada importo me ayuda bastante. Aún tengo mis ratitos horribles y voy fluctuando a lo largo de la semana, mis idas y venidas, mis altibajos... Pero pienso que ella no me recuerda y me cabreo. El enfado me da energía, aunque me haga sentir mal. Al menos mitiga un poco mi pena. Tiempo, pasa más rápido. Tengo muchas ganas de que llegue la sesión de esta tarde, me hace sentir mejor. Lo que peor llevo es el fin de semana, porque sé que ella está por ahí, conociendo gente y no acordándose de mí. ¿Por qué no recuerda, como yo, los momentos tan tan tan absolutamente mágicos que hemos vivido? A mí se me han quedado grabados y sé que nunca los olvidaré.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Miércoles. Ya mitad de semana. Los días pasan a trompicones, como si les costara. Quiero que el tiempo pase ya, rapidito, que me estoy empezando a impacientar. Ésta no es la vida por la que yo pagué en el súper. Mientras espero el paso del tiempo, me he propuesto hacer muchas cosas para mantener la mente ocupada. Esta tarde toca sesión de pintura en el skating. A ver qué tal queda la estantería verde pistacho. Un par de horas de trabajo me sentarán genial. Después, primera clase de alemán desde hace... ¿cuántos años ya? Madre mía, temo haber olvidado casi todo lo que aprendí. Entre el chino y el alemán, me retuerzo los sesos y no habrá lugar para nada más. Lo malo son las noches, el insomnio, las taquicardias... eso ya es más complicado y sólo lo cura el tiempo. Se ha convertido en mi único aliado: el TIEMPO, aunque por el momento es sólo un vago que no quiere mover el culo más deprisa. Tengo ganas de que llegue el 11-12-13. A los 36 ya seré una mujer madura, jeje. Y, sobre todo, habrán pasado más de dos meses para olvidar.

martes, 1 de octubre de 2013

Vamos a por la tarde del martes. Quiero saber cómo le ha ido la evaluación y no puedo preguntarle...
Hoy ha sido un día un tanto extraño. Tengo que levantarme en algo más de 3 horas y aquí estoy, tratando de desahogarme por escrito. Nueva noche de insomnio. Como a veces soy una chica impulsiva, ayer no se me ocurrió nada mejor que encargarle unas rosas. Me habría gustado enviarle tulipanes blancos, pero al parecer estamos fuera de temporada. He estado desde entonces muerta de miedo, ya que pensé que se lo tomaría mal y me reprocharía esta osadía por mi parte. Sé que un ramo de flores es algo bonito, a mí me encantaría que alguien me regalase uno alguna vez. Esta tarde he leído su mail de respuesta al que le escribí ayer y cada palabra se ha clavado en mi corazón. No más contacto, no te amo, me asfixias. Quiero que todo esto acabe, pero no quiero bajo ningún concepto dejar de verla. Quiero acabar con el agobio y comportarme de una forma normal. Soy una persona normal y sé que puedo hacerlo. Pero no habrá más oportunidades. Quiero poder tomarme un café con ella algún día no muy lejano y no ver en sus ojos lo que he visto las últimas veces. Bueno, me estoy alejando del tema...aparte de mis problemas con el coche, mi pinchazo con un tornillo (que seguramente, dicho sea de paso, fuese alguno de los que he perdido últimamente) he estado toda la tarde temiendo el momento de la recepción de las flores, pues esperaba por su parte palabras de reproche. He estado más de 3 horas sin mirar el móvil, olvidado adrede en el coche. Menos mal que cuando he ido a consultarlo había un gracias. He suspirado de alivio. Me alegra mucho que le hayan gustado, ésa era la intención. Y, metafóricamente, aunque no se lo haya dicho, pretendía con el aroma de las rosas devolverle ese "aire" que le he robado asfixiándola tanto. Cuando decidí enviárselas, quise que recibiese algo bonito, no tanto dolor. Espero haberlo conseguido. Me habría encantado verle la cara cuando han llamado a su puerta con un ramo de rosas rosas, aunque seguramente se ha decepcionado al comprobar que iban de mi parte. En fin. Ahora estoy algo más tranquila, aunque no lo suficiente como para poder conciliar el sueño. Esta historia me ha trastornado hasta el punto de no poder concentrarme casi en nada. Poquito a poco lo conseguiré. Si he salido de una anorexia, no hay nada que pueda conmigo. Las heridas del corazón tardan mucho en cicatrizar. Quisiera poder desearle todo lo mejor en la vida, pero ya no voy a escribirle más. Si alguien ha de dar un paso, no soy yo. Sé que no me escribirá nunca y que el tiempo nos alejará hasta convertirnos en desconocidas. Yo considero que hay personas que no deberían estar sólo de paso en la vida, que deben regresar de una forma u otra. Las buenas personas. Ella lo es y mucho. Qué paciencia ha tenido conmigo, uf. Cuando pase el tiempo seguramente recordaré nuestra historia con una sonrisa. Ahora sólo tengo amargura y tristeza.

domingo, 29 de septiembre de 2013

No more tears...

sábado, 28 de septiembre de 2013

Cómo duele que te olviden tan condenadamente pronto.
Brindemos por el ojalá... esta tarde me está doliendo mucho.
¿Cómo puedo ser tan frívola y dramatizar de esta manera porque me hayan dejado? Veo cada día el mundo en las noticias y me da miedo ver el panorama tan desalentador que tenemos como pan nuestro de cada día. Unos padres que matan a su hija (presuntamente). Ni en mis momentos de más horrible desesperaciónn podría imaginarme cómo puede una madre o un padre querer hacer daño a un hijo. ¿Locura? ¿Intereses económicos? Este comportamiento execrable no tiene perdón ni se podría inventar una pena lo suficientemente justa para los culpables. El paro, que sigue y sigue creciendo... hombres hechos y derechos que lloran ante la impotencia de no poder alimentar a su familia, aumento en el número de usuarios de los comedores sociales... gente como nosotros que, de la noche a la mañana, se quedan sin nada. Es realmente cruel. Los conflictos en Oriente, la maldita religión que les lleva a comportarse así; la misoginia, el maltrato a la mujer, a los animales... Los incendios provocados, los políticos ladrones que se están enriqueciendo sin importarles nada más que su propio interés. ¿Y el del país? No les importa una mierda el país mientras sus bolsillos estén llenos. Me da tanto asco a veces el mundo que no entiendo por qué no nos queremos más unos a otros, por qué nos hacemos daño y nos machacamos en lugar de echarnos una mano. Una sonrisa en lugar de un mal gesto no cuesta nada y ayuda, la verdad sea dicha. En más de una ocasión, una persona desconocida ha cambido mi estado de ánimo al regalarme una sonrisa sin más motivo que el de verme pasar. Ojalá todo fuese diferente.

Sábados de nostalgia

No sé por qué motivo los sábados me siento especialmente nostálgica. Imagino que mi mente regresa a más de seis años atrás y revive el dolor y la incertidumbre de mi primera relación. Qué daño ha hecho en mi forma de afrontar una relación. Que te digan que te quieren y al día siguiente lo pongan en duda, que ya no...Qué años tan tormentosos. Ahora la protagonista de mis pensamientos es otra, pero el sufrimiento es tan parecido que me trastorna. Pero en este caso me lo han dejado claro. Le agradezco su sinceridad, pero no tanto el hecho de que se haya cerrado a mí hasta el punto de no querer volver a intentar nada conmigo. Imagino que perderemos totalmente el contacto. A veces la siento completamente lejana y ajena a mí, como si nunca hubiese existido (aunque mi tristeza me dice que no es así) y otras, en cambio, hay pequeños detalles que me hacen sentirla de una forma tan vívida que me dan ganas de arrancarme la piel y el corazón. Esta mañana, sin ir más lejos, he visto en El Corte inglés una camiseta blanca igual que la suya, ésa con la que está tan irresistiblemente sexy. Me ha dolido tanto que la he soltado y "enterrado" en el cajón de ropa en el que estaba. Para colmo de los colmos, he escuchado la canción de Pastora "Te despertaré". No puedo escucharla sin llorar, al igual que a Vanesa Martín. Todo se ha tornado en recuerdos amargos por el dolor que producen. Quisiera borrarlos de mi mente, pues no me hacen ningún bien. Seguro que ella ni se acuerda de mí y todas estas tonterías no le suceden. Aunque imagino que, si se acordara alguna vez, tampoco me llamaría ni me lo haría saber para evitar que me pueda hacer ilusiones. Qué difícil es esto del amor no correspondido. Es cruel, pero nadie tiene la culpa y sé que a ella le habría gustado poder enamorarse de mí.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Creo que el skating ha reabierto sus puertas en un momento idóneo para mi salud mental. Gracias a eso no estoy peor y voy pasando los días con otro carácter. Reencontrarme con mis amigos y volver a practicar slalom en la pista me hacen olvidarme un poquito de mi tristeza. De nuevo, el patinaje me salva la vida.

Mendigar amor

Lo que he estado haciendo se llama mendigar amor. He sido una "mendiga" del amor, aunque suene ridículo. No me extraña nada haber provocado tanto rechazo en ella, pues yo misma sigo aún sintiendo rechazo hacia mi comportamiento, que ya no hacia mí. En el fondo sé que no he hecho nada malo, nada que no se pueda perdonar y/u olvidar. A veces me gustaría saber si me piensa, recibir una pequeña señal de que es así. Pero, por otro lado, soy consciente de que seguramente no lo hace y de que en un par de meses no habré sido nada importante (si es que lo sigo siendo a día de hoy) en su vida. Quiero aprender a estar a la altura de mí, quiero dejarme llevar por lo que soy. Soy una persona con muy buenos sentimientos y creo que eso me da valor. Si vuelvo a tener algún día una relación, lo haré de tú a tú y no sentiré que es imposible que alguien me quiera. Sí que lo es. No valgo menos que nadie. Tengo muchas cosas buenas, pero tengo que verlas yo, creérmelas. Pienso que en este caso he creído no estar a su altura y al final he boicoteado yo misma la relación por el continuo miedo a perderla. Ahora ya no existe ese miedo, ya la perdí. Un ser tan maravilloso, ¿por qué motivo iba a querer estar conmigo? Tengo tanto, tanto trabajo por hacer... pero estoy dispuesta a luchar y no me cansaré de repetirlo. Sola o acompañada, quiero valorarme más. Me gustaría tanto que la vida me diese una segunda oportunidad con ella algún día... pero se ha obcecado y no creo que lo pueda siquiera replantear. La vida es esto... o lo acepto o me amargo. Pero quiero que sepa lo importante que ha sido y es para mí.

jueves, 26 de septiembre de 2013

TE AMO
Estoy esperando que el tiempo empiece a hacer de las suyas. Que me ayude a olvidar. Cuando conoces a alguien maravilloso que te llena y aporta cosas preciosas siempre es complicado olvidar, el tiempo va despacio y muchas veces tienes que luchar contra todo para poder seguir adelante. Ella era la persona que yo quería para compartir mi vida, siempre la recordaré como alguien especial que me dio ilusión, aunque ésta haya durado tan poco y se haya tornado en dolor y tristeza.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Hoy me encuentro algo mejor, sobre todo después de haber podido dormir casi toda la noche, aunque con ayuda. Supongo que las largas conversaciones por whatsapp en la que la respuesta es siempre la misma no me hacen nigún bien. Basta ya de machacarme y machacarla. Vivamos nuestra vida por separado. Si algún día volvemos a vernos, sólo la vida sabe. Ahora no sé qué hacer con sus patines, creo que los llevaré al trastero porque en el maletero de mi coche puedo verlos con frecuencia y ver algo suyo me duele. Necesito resetearme y volver a poner a cero mi corazón. No más amor. Sólo he tenido historias tormentosas y quizás es lo único que merezco. Qué más da. Apuesto lo que sea a que casi no me recuerda y, lo de echarme de menos, para nada. Qué pena, con lo bonito que fue todo.

martes, 24 de septiembre de 2013

Voy a limpiar otro ratito y luchar por algo que siempre me ha dado felicidad: mis patines. Esta semana estamos preparando el skating para poder reabrirlo la semana que viene y las horas que paso en él por la tarde acompañada de mis amig@s me están dando un poco de fuerza para seguir adelante. Tengo que luchar y olvidar.
Tengo que dejar de castigarme, culparme y machacarme. Estoy extenuada. No puedo dormir, me caigo del cansancio, se me cierran los ojos. Me está cambiando el carácter. Esta mañana, en el trabajo, he estado muy irascible, además de triste y deprimida. No puedo dejar de culparme por mi comportamiento y sigo sin saber de dónde viene, a qué es debido. Me paso las noches en vela. Anoche estuve una hora sentada en la cama, con los pies en el suelo y la cabeza entre las manos. Llorando. Necesito recuperar mi autonomía, mis sentidos, mi razón de ser. Esta historia me ha afectado de una forma inusual, de forma inexplicable. No me reconozco. Si bien es cierto que me cuesta recuperarme de estas cosas, creo que en esta ocasión mi caída ha sido extrema. Tal vez por pasar del bienestar al rechazo en tan poco tiempo, tal vez por haberme alimentado de ilusión y esperanza desde el primer día. Debo dejarla marchar, debo dejarme marchar. Me he propuesto sacar algo bueno de esta experiencia, aunque ahora mismo no veo cómo. Sé que aprenderé cómo no debo comportarme si hay una próxima vez con otra persona. El jueves tengo sesión con el psicólogo y quiero que llegue ya para empezar en serio el largo camino hacia mi recuperación. Quiero ser mejor persona, canalizar esto y convertirlo en una virtud. Me estoy desmoronando por momentos y me da miedo no poder levantarme.
No puedo soportar la vida en este momento, no tengo fuerzas ni ganas de seguir adelante. No comprendo qué me está sucediendo. A veces creo que me voy a volver loca. ¿Pero por qué me estoy comportando así con ella? ¿Acaso no me ha dejado ya claro mil veces que no me quiere? ¿A qué estoy esperando, a asfixiarla hasta que no pueda respirar más? Estoy harta de mí, de este comportamiento absurdo que la está alejando cada día más de mí. ¿Qué pretendo con eso? Si me lo dicen hace un tiempo, no me lo habría creído. ¿DE qué voy? No tengo ningún derecho a amargarle la vida a nadie. Si estoy hecha una mierda, es culpa mía. No tengo por qué volcar mis miedos ni mis inseguridades en nadie. Estoy tan cansada de esto que no puedo más. Me ahogo. Quiero desaparecer ya, en este momento. No puedo soportar un día más esta sensación de vacío y dolor, pero sobre todo de la culpa por mi forma de actuar. Me siento tan avergonzada de mí misma que no sé cómo seguir adelante. Estoy perdida, mucho. Creo que es la primera vez en mi vida que realmente odio a alguien: a mí misma.

lunes, 23 de septiembre de 2013

La vida me empuja, me araña, me arranca las entrañas... me duele, me mata. Juega conmigo y me da un golpe de efecto que no puedo encajar. Se burla, se pone seria, pasa de la vie en rose a la noche oscura de mi alma. Me levanto, me caigo, me fallan las piernas, el corazón, la sonrisa... Me abre los ojos y me los tapa para que no vea el mundo. Y yo me convierto en marioneta, de trapo o de cartón, bailando al compás de su rutina. Me baño en un charco de tristeza y me recreo, tal vez masoca, tal vez anhelante de saber por qué. Mi porqué. Su porqué. El porqué de las cosas y de la vida cruel que la aleja... No sé quien soy. Sólo sé que la amo y que ya no está.
Esta mañana me he levantado sin energía, no sé si debido a la falta de sueño o a la tristeza acumulada. No sé por qué, en el trabajo, me ha dado por pensar en sus manos. Qué estupidez. Será que la echo de menos y cualquier cosa me la recuerda. Me gustaría saber si ella también me piensa, aunque sea poco y de otra manera. Esta tarde vuelvo en parte a mi rutina y, para ello, me espera una larga sesión de limpieza y puesta en marcha del skating. Creo que me hará bien. A ver si quitando porquería se me va también la pena y se me olvida esta tontería del amor (tontería muy seria y dolorosa, todo hay que decirlo). Supongo que ya no me escribirá más, incluso piensa eliminarme de twitter. Yo habría eliminado ya mi cuenta si supiese cómo hacerlo, pero realmente no tengo intención de usarlo más. Imagino que no volverá a leer mi blog, pues le hace daño. No quiero hacerle más daño. Quiero que sea feliz, como ella merece. Anoche pensaba, después de nuestra conversación por whatsapp, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Está muy mal y aún tiene fuerzas para preocuparse por mí. Es que es una gran mujer. Por eso la quería para mí. Lástima.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Desde hace unos días la gente que me quiere no para de decirme que valgo un montón, que soy una gran persona... yo reflexiono y pienso que tal vez no lo sea tanto si no sé ni mantener una relación. Quiero ser mejor persona, es lo que más deseo en este momento.
Hoy empieza el otoño y espero que éste me devuelva la paz interior que he perdido. Estoy en un momento raro de mi vida, ya que estoy haciendo cosas que no van conmigo. A veces no sé quién soy y eso me perturba mucho. Cuando reflexiono sobre mi comportamiento en las últimas semanas y lo analizo en frío, sólo puedo sentir vergüenza y culpa. ¿Por qué he hecho eso? Yo no soy así, yo no quiero ser así. Deseo ser una persona libre, con pareja o sin ella, pero libre. He causado una pésima imagen de mí a algunas personas, pero sobre todo a mí misma. Eso no me lo puedo perdonar. La culpa me corroe, pero ya no hay forma de borrar todo aquello. Sólo puedo seguir adelante con mi vida y tratar de ser feliz. Quiero poder ser yo misma, sé que valgo mucho. Tengo muchos valores de los que mucha gente carece y eso me convierte en alguien que merece la pena. Pero eso tengo que verlo primero yo y luego yo, creérmelo, asimilarlo y comportarme como una persona orgullosa de sí misma. Necesito recuperar mi tranquilidad, centrarme en lo que realmente importa y recuperar mi rutina. En este momento siento tanta ansiedad y nerviosismo que no consigo relajarme nunca. No puedo dormir, he perdido el apetito (ya he adelgazado 2 kilos) y todo esto me hace sentir todavía peor. Antes me sentía mal y me comía un helado. Ahora ni eso me entra. Esta mañana he vuelto a reunirme con mis amigos del club de patinaje y me he dado cuenta de cuánto bien me hace estar con ellos. Afortunadamente, el skating se reabrirá el mes que viene y volveré a ver a mi familia patinista con más frecuencia. Ellos, que tanto me ayudaron cuando estaba mal, cuando todavía tenía el corazón roto y había perdido la ilusión. Ellos, que me acogieron y quisieron como una más. En estas últimas semanas (meses) he perdido el rumbo de mi vida, centrándome en una sola persona y olvidando al resto. Ése ha sido un tremendo error, ya que podía haber compaginado todo sin ningún problema y seguramente las cosas habrían ido mejor en todos los sentidos. De nada vale lamentarse ya. La vida sigue y mañana saldrá igual el sol, no espera por nada ni por nadie. Estos días de tristeza siento que la vida me empuja, me obliga a seguir caminando para no arrollarme. He caído un poco, algunos días he creído caer hasta el fondo y no había más luz que la de mi lámpara. Debo seguir adelante, sin esperanza ya por ese amor... Está fuera de mi vida, ya no existe. Ahora soy yo y nada más. Una persona que debe aprender a amar la vida porque sí.

Mañana será otra vida...

Creo que por fin he escuchado ese "click" que te hace abrir definitivamente los ojos. No más dolor ni pena. Mañana me despertaré y pensaré que nunca ha estado. Y no porque no me importe o no la quiera, sino porque no tiene sentido sufrir por un imposible. Me ha dejado del todo claro que no he sido más que una relación de dos meses, que ya está, que se acabó. La fase de negación en la que me hallaba sumergida pasó a mejor vida. Voy a vivir mi vida y compartirla con quien realmente quiera estar conmigo. Con mi familia y mis amigos. Nada más. Siento rabia, mucha rabia. No hacia ella, porque no podría, sino hacia mí y mi debilidad. Estoy muy cansada de sufrir por algo que no tiene solución. Me gusta complicarme la vida, parece ser. Quiero rehacer mi vida y para ello no necesito a nadie más. Me tengo a mí, me voy a trabajar, a querer, a ser fuerte. Si no me quiere, pues cada una por su lado. Ya no puedo más con esto. Me agota. Estoy perdiendo mi vida y mi ilusión apostando por una relación que se ha acabado, si es que realmente se ha podido llamar relación. No soy una niñita, estoy harta de que me traten así. Mucho. No más oportunidades, pues bien. Ya está. Si pudiese congelar mis sentimientos, lo haría. Así la dejaría en paz, como ella me ha pedido hasta la saciedad. Siento mucha rabia, mucha. Se ha distanciado por mi culpa. Todo claro. Al igual que tengo clarísimo que no quiero volver a estar con nadie más. Estaba mucho mejor sola, cuando ya por fin me había recuperado de mi ruptura con Ana. Cuando ya por fin me había limpiado del todo y disfrutaba de mis hobbies y de mis amig@s. El amor sólo complica las cosas. No lo quiero en mi vida. Estoy cansada de todo. Debo seguir adelante o me hundiré. La recordaré como algo bonito y nada más, aunque para mí haya supuesto tanto. Un mes mágico para todo lo que me espera de dolor. No compensa. Estoy muy dolida. No ha sabido ver en mí nada más que una persona asfixiante, lo demás no ha valido nada. Yo pensaba, yo creía... pero qué ilusa soy a veces. Si algún día lees esto, Carmen, comprende que debo sentir rabia porque ésta me ayuda a seguir adelante. Pero no olvides nunca que te he amado como he sabido. Mal, pero mucho. Ahora debo pensar sólo en mí. Como tú vas a pensar sólo en ti. Seguramente no me pensarás más o lo harás muy poco, pero si algo me quedó claro en mi relación con Ana es que no se puede obligar a nadie a que te quiera. Yo también aprendo de las experiencias. Mi corazón está roto y mejor que se quede así, no vaya a recomponerse y tener la tentación de volver a amar...

sábado, 21 de septiembre de 2013

Esta noche la estoy echando tanto de menos... he venido a casa y no puedo parar de llorar. La he perdido, sí. La he perdido para siempre. Sé que ya no se acuerda de mí o, si lo hace, ya no es con el cariño de antes. Siento mucho dolor y tristeza, la siento tan lejos de mí...
Ayer la vi después de varios días y sentí una mezcla enorme de alegría y profunda tristeza. La vi preciosa, como siempre, pero tenía un halo de tristeza. Es ella -pensé-, lo pienso ahora y tal vez siga haciéndolo durante mucho tiempo pese a las cosas que me dijo. No sé qué es peor, que te digan que ya no sienten nada por ti o que sientan rechazo hacia ti. Uf, rechazo. Qué fea palabra. Las cosas bonitas que sentía ya no están, y todo eso se ha transformado en rechazo. Sé que lo merezco, lo sé, ya que mi comportamiento no tiene excusa. Pero, lejos ya de todo eso, mi esperanza se terminó de ir al garete. Echo de menos todo en ella. Su sonrisa bella, cuando asiente con una lenta caída de párpados, cuando me miraba de esa manera que me hacía sentir la única mujer en el mundo... A veces me queman tanto la piel y los labios de pensar en ella que duele. Y no es un dolor que desaparezca fácilmente. Se ha metido de veras en mi piel, en mis venas, me recorre entera y no hay vacuna contra esto. Si acaso el tiempo. Cruel tiempo que todo hace olvidar o, en su defecto, mitiga el dolor de la ausencia. A veces amigo, es cierto. Voy a centrarme en ser la persona que siempre he querido ser y sé que no estoy tan lejos de conseguirlo. Ahora lo sé más que nunca. He perdido a una gran persona por ese comportamiento estúpido y pueril. Si ella supiera cuánto me duele... si supiera cuánto la amo a pesar de sólo conocerla desde hace dos meses. Se ha convertido en uno de mis dos grandes amores. Qué pena que ya nada vuelva a ser como hace dos meses, cuando la vida nos reunió y todo parecía brillar a mi alrededor. Ahora miro con tristeza la marca que quedó en mi rodilla después de una noche de pasión... recuerdo que me dolía, pero dicen que palos a gusto no hacen daño... jeje, qué bonitos recuerdos me quedan. Aquellas noches en que nos cantábamos, tumbadas en su sofá... cuando me abrazaba por detrás en ese mágico concierto y luego cómo sentía escalofríos cuando llegamos al hotel , totalmente ignorante de que ella me deseaba en ese momento, y ya en la cama rozaba su piel por casualidad y sentía su respiración en mi rostro... Ay, la vida. Ojalá me dé otra oportunidad de amarla como ella se merece. Pero no quiere saber nada más de mí...y eso me mata.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La vida me enseña cosas cada día. La última lección es NO TE ENAMORES NUNCA MÁS. El motivo: vas a sufrir sí o sí. Ayer estuve en la consulta del psicólogo porque, tras mi última ruptura amorosa, además de sentirme completamente hundida y haber tenido ideas autodestructivas en más de una ocasión, han aflorado mis debilidades e inseguridades más que nunca. La finalidad de mi visita a la consulta no ha sido otra que conocer el porqué de mi comportamiento, si es miedo, inseguridad, locura... Qué es lo que me ha llevado a este comportamiento agobiante que ha acabado por alejar de mí al ser querido. Y es que, analizado en frío, mi comportamiento del otro día fue absolutamente patético, ridículo, vergonzante... No me extraña, sinceramente, que ella me haya dejado. Al margen de las ganas de desaparecer de la tierra y el deseo irrefrenable de llorar, al que doy rienda suelta siempre que puedo, mi mayor "preocupación" es conocer por qué soy así. Es cierto que la situación de la relación no ha ayudado mucho a mi inseguridad. En ningún momento la relación ha estado "segura", ya que ella acababa de salir de otra relación y no estaba preparada para empezar una nueva. Ante esto es cierto que le reprocho que haya comenzado una relación conmigo si realmente no podía. Me ha hecho ilusionarme al máximo. No justifico con ello mi comportamiento asfixiante, pero sí que me concedo una tregua en la culpabilidad que llevo sintiendo desde hace varias semanas. Me estoy valiendo de la rabia que siento hacia ella para poder salir a flote. Quiero conocerme, saber quién soy. Todavía no lo sé. Estoy pasando una mala época que espero acabe pronto. Siento unas ganas inmensas de salir corriendo, ya que la idea del suicidio la intento descartar o posponer para cuando no haya más remedio. Si bien le reprocho que se haya involucrado en una relación sin estar preparada, no le reprocho tanto el hecho de que no quiera volver a verme. Yo tampoco querría seguir viéndome. Soy una persona llena de amor, de cosas buenas para dar.... pero cuando me siento insegura, siento un miedo atroz que me lleva a hacer estupideces. Ojalá algún día volvamos a coincidir en la vida, ella libre (en cuerpo y alma) y yo también. Seguramente en condiciones normales seré una buena pareja, una buena compañía en la vida. No me cabe la menor duda. Lástima que ella no vaya a concederme otra oportunidad. De hecho, he visto alguna foto suya en la que se ve claramente que lo está pasando en grande. Me alegro por ella, pero jode bastante que ella no sienta absolutamente nada de pena por esta situación, que no le haya costado nada echarme de su vida, ya que le estorbaba. Jode mucho. La vida dirá.

martes, 10 de septiembre de 2013

Escribir me ayuda casi siempre y ahora, más que nunca, lo necesito. Ayer acabó una historia de amor preciosa (al menos para mí) y me siento tremendamente triste. No comprendo qué ha sucedido realmente, pero me trastorna tanto que no sé cómo voy a poder superarlo. Y es que me he enamorado en tiempo récord de una maravillosa mujer. No hay tiempo para el amor, no hay fechas ni límites. Me ilusioné tanto desde el primer día que, ciegamente, me entregué al máximo sin pensar en las consecuencias. Pero las circunstancias no eran las más propicias para que esta relación prosperase. Ambas lo sabíamos, pero intentamos forzar las cosas hasta que, irremediablemente, todo ha caído por su propio peso. La amo. Es así. Ella se empeña en decirme que no cree en amores tan rápidos, pero yo soy todo sentimiento y no puedo evitar sentir. Me he ilusionado como no debí hacerlo. Creí en esta relación, en sus palabras iniciales, en sus proyectos de futuro a mi lado... pero era yo la que corría. No sé si algún día volveremos a vernos y, mucho menos, si volveremos a intentarlo. Sólo sé que me ha quedado un inmenso vacío que tardaré en volver a llenar. Y no hablo de llenarlo con otro amor, no. Deseo llenarlo de vida, mi vida. Quiero poder vivir sin amar. Amar la vida porque sí. Sé que las personas buenas no deben esperar que la vida les sonría sólo por ser buenas, eso es un hecho. Quisiera empezar a valorarme como persona, como ser humano. A ella le deseo todo lo mejor, que consiga limpiar todo el dolor que lleva dentro y empezar una nueva vida... ojalá a mi lado. Aunque eso lo veo más bien imposible (haciendo alarde de mi negatividad). Te amo, Carmen. Despertaste nuevamente mi esperanza en el amor... aunque haya durado tan poco. Qué pena. Siempre te recordaré.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Me ha pedido tiempo... es sólo el principio del fin de nuestra historia. Me jode, me jode mucho porque la quiero un montón y de veras creí que sería ella. Sé que me toca olvidar, aunque ella diga que no es el final. Yo sí lo siento así. Si bien es cierto que nunca me he caracterizado por mi exceso optimismo, en esta ocasión las circunstancias no son nada halagüeñas y no creo estar tan equivocada. Eso sí, ojalá me equivoque al 100% y lo nuestro pueda seguir adelante y fructificar en el futuro. Toca una larga espera que, para ser sincera, no sé si podré soportar. Me duele enormemente que ella esté mal, que no sea capaz de dar carpetazo a esa historia que tanto daño le ha hecho. Pero el duelo es así, largo, doloroso y requiere de mucha ayuda. No sé si seré capaz, me duele demasiado su silencio y distancia. Ha sido elección suya y tengo que respetarla. Ahora soy yo la que no cree en el amor, ni en la vida, que la pone en mi camino y me la quita cuando ya está metida en mi piel, en mi sangre, en mi corazón...

sábado, 31 de agosto de 2013

Creo que he conocido a la mujer de mi vida. Sí. Esta vez siento que es así. Es inteligente, dulce, bella,... todo lo que siempre he anhelado encontrar. Es un ser maravilloso y, casi en tiempo record, me he enamorado de ella. Todo podría ser perfecto, pero estamos hablando de mi vida... ¿Acaso me han pasado tantas cosas buenas en 35 años? NO. No todo van a ser facilidades, para qué va a mejorar mi vida. Nuevamente me pone a prueba. Mi chica está pasándolo mal y yo no sé qué hacer para ayudarla. Eso me produce un profundo dolor y tristeza, ya que la veo mal. Al principio era diferente, pero con el cambio de mis sentimientos hacia ella (y creo que también los suyos hacia mí), lejos de mejorar, la situación ha empeorado. Cada vez los bajones son más frecuentes y me cuestiono si realmente ejerzo algún efecto beneficioso en ella. Lo dudo continuamente. Mi ilusión va decreciendo conforme aumenta mi miedo a perderla. La amo. La deseo. La necesito. Sin embargo, no hay nada que yo pueda hacer. Es ella quien tiene que sufrir su duelo y mientras tanto, yo sólo puedo esperar y apoyarla. Temo que la desilusión me pueda, tengo muchos momentos de tristeza y ya no veo el futuro tan bonito. Me esfuerzo por ser positiva, pero a veces ya no puedo.