sábado, 5 de octubre de 2013

Joder, joder, joder... ¿Quién me manda a mí navegar entre las fotos del ordenador? Me he dado de bruces con las que quería evitar. ¿Pero no se da cuenta de la bonita pareja que hacemos? Es imposible no hacerlo. Por el amor de Dios, si es que existe... no se me ocurre un ser más perfecto que ella como compañera de camino. Ojalá el maldito destino no sea tan maldito y vuelva a reunirnos. Sé que podría hacerla muy feliz. Mucho. Sé que podría amarla bien, ya estoy aprendiendo. Pero nada hay que yo pueda hacer ya. Tiene que haber un paso de su parte y, mucho me temo, no lo va a dar. Está harta de mí.
Si yo estoy olvidando su cara y sus gestos, ella no debe de recordar ya ni mi nombre.

viernes, 4 de octubre de 2013

He empezado a odiar los fines de semana. La única ventaja que les encuentro es no tener que madrugar tanto. Mucho tiempo libre...para pensar. Demasiado. Y si algo no necesito ahora, es pensar. Dar rienda suelta a todos esos pensamientos tristes. Es cierto que cada día estoy un poquito menos mal, pero aún cuesta. El psicólogo me aconseja muchas cosas y me está ayudando mucho. Sé que lo conseguiré. Es uno de los mejores profesionales que he conocido, también el más caro hasta la fecha. Pero, así me arruine, me cueste lo que me cueste, me voy a volver una mujer de los pies a la cabeza. Quiero sentirme orgullosa de mí. Y sé que lo voy a conseguir. Por mí, por nadie más. La quiero pero tengo que aceptar que ya no está. Lo tomaré como una pérdida a la que el tiempo me hará acostumbrarme. No lucharé contra ello y la mejor forma de superarlo es no haciendo nada. NADA. Parece incongruente, es así. Pero es lo que hay. No luchar contra mi impulso de mitigar mi "disforia", que parece ser el término por el que conoce este estado. Dejaré que mi pena me acompañe hasta que, un buen día, se haya hecho tan pequeñita que ni me dé cuenta de que viene conmigo. Tiempo y voluntad.

jueves, 3 de octubre de 2013

A veces, cuando no me doy cuenta, vuelvo a sonreír. Es cierto, lo hago más de lo que mi consciencia me permite captar. No es que sienta alegría, pero la pena se va mitigando poquito a poco. ¿No hay dolor? ¿No hay ausencia? No es eso. Es que me estoy tomando sobredosis de aceptación y resignación e intentando darme cuenta de que la vida sigue... Sólo necesito aire, comida y agua para vivir. Como hacen los demás, además sin ningún problema. No voy a ser yo le "maillot faible", eso nunca más. La vida sigue, la tierra sigue girando, el sol sale cada día (a veces oculto por las nubes, pero ahí está). Nadie se va a parar para darme un empujoncito. O me lo doy yo o me quedo atrás. Estoy cabreada, eso sí. Porque me ha olvidado muy pronto. Porque creí ser importante y puede que lo fuese en un tiempo efímero. Por lo demás, ya me la arrancaré poquito a poco del corazón. Saber que poco o nada importo me ayuda bastante. Aún tengo mis ratitos horribles y voy fluctuando a lo largo de la semana, mis idas y venidas, mis altibajos... Pero pienso que ella no me recuerda y me cabreo. El enfado me da energía, aunque me haga sentir mal. Al menos mitiga un poco mi pena. Tiempo, pasa más rápido. Tengo muchas ganas de que llegue la sesión de esta tarde, me hace sentir mejor. Lo que peor llevo es el fin de semana, porque sé que ella está por ahí, conociendo gente y no acordándose de mí. ¿Por qué no recuerda, como yo, los momentos tan tan tan absolutamente mágicos que hemos vivido? A mí se me han quedado grabados y sé que nunca los olvidaré.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Miércoles. Ya mitad de semana. Los días pasan a trompicones, como si les costara. Quiero que el tiempo pase ya, rapidito, que me estoy empezando a impacientar. Ésta no es la vida por la que yo pagué en el súper. Mientras espero el paso del tiempo, me he propuesto hacer muchas cosas para mantener la mente ocupada. Esta tarde toca sesión de pintura en el skating. A ver qué tal queda la estantería verde pistacho. Un par de horas de trabajo me sentarán genial. Después, primera clase de alemán desde hace... ¿cuántos años ya? Madre mía, temo haber olvidado casi todo lo que aprendí. Entre el chino y el alemán, me retuerzo los sesos y no habrá lugar para nada más. Lo malo son las noches, el insomnio, las taquicardias... eso ya es más complicado y sólo lo cura el tiempo. Se ha convertido en mi único aliado: el TIEMPO, aunque por el momento es sólo un vago que no quiere mover el culo más deprisa. Tengo ganas de que llegue el 11-12-13. A los 36 ya seré una mujer madura, jeje. Y, sobre todo, habrán pasado más de dos meses para olvidar.

martes, 1 de octubre de 2013

Vamos a por la tarde del martes. Quiero saber cómo le ha ido la evaluación y no puedo preguntarle...
Hoy ha sido un día un tanto extraño. Tengo que levantarme en algo más de 3 horas y aquí estoy, tratando de desahogarme por escrito. Nueva noche de insomnio. Como a veces soy una chica impulsiva, ayer no se me ocurrió nada mejor que encargarle unas rosas. Me habría gustado enviarle tulipanes blancos, pero al parecer estamos fuera de temporada. He estado desde entonces muerta de miedo, ya que pensé que se lo tomaría mal y me reprocharía esta osadía por mi parte. Sé que un ramo de flores es algo bonito, a mí me encantaría que alguien me regalase uno alguna vez. Esta tarde he leído su mail de respuesta al que le escribí ayer y cada palabra se ha clavado en mi corazón. No más contacto, no te amo, me asfixias. Quiero que todo esto acabe, pero no quiero bajo ningún concepto dejar de verla. Quiero acabar con el agobio y comportarme de una forma normal. Soy una persona normal y sé que puedo hacerlo. Pero no habrá más oportunidades. Quiero poder tomarme un café con ella algún día no muy lejano y no ver en sus ojos lo que he visto las últimas veces. Bueno, me estoy alejando del tema...aparte de mis problemas con el coche, mi pinchazo con un tornillo (que seguramente, dicho sea de paso, fuese alguno de los que he perdido últimamente) he estado toda la tarde temiendo el momento de la recepción de las flores, pues esperaba por su parte palabras de reproche. He estado más de 3 horas sin mirar el móvil, olvidado adrede en el coche. Menos mal que cuando he ido a consultarlo había un gracias. He suspirado de alivio. Me alegra mucho que le hayan gustado, ésa era la intención. Y, metafóricamente, aunque no se lo haya dicho, pretendía con el aroma de las rosas devolverle ese "aire" que le he robado asfixiándola tanto. Cuando decidí enviárselas, quise que recibiese algo bonito, no tanto dolor. Espero haberlo conseguido. Me habría encantado verle la cara cuando han llamado a su puerta con un ramo de rosas rosas, aunque seguramente se ha decepcionado al comprobar que iban de mi parte. En fin. Ahora estoy algo más tranquila, aunque no lo suficiente como para poder conciliar el sueño. Esta historia me ha trastornado hasta el punto de no poder concentrarme casi en nada. Poquito a poco lo conseguiré. Si he salido de una anorexia, no hay nada que pueda conmigo. Las heridas del corazón tardan mucho en cicatrizar. Quisiera poder desearle todo lo mejor en la vida, pero ya no voy a escribirle más. Si alguien ha de dar un paso, no soy yo. Sé que no me escribirá nunca y que el tiempo nos alejará hasta convertirnos en desconocidas. Yo considero que hay personas que no deberían estar sólo de paso en la vida, que deben regresar de una forma u otra. Las buenas personas. Ella lo es y mucho. Qué paciencia ha tenido conmigo, uf. Cuando pase el tiempo seguramente recordaré nuestra historia con una sonrisa. Ahora sólo tengo amargura y tristeza.

domingo, 29 de septiembre de 2013

No more tears...