lunes, 24 de mayo de 2010

Ya no sé qué hacer para no sentir este dolor inmenso que me acompaña noche y día. Mi corazón está nuevamente destrozado, hueco, sin vida... Dejo que pasen las horas para que llegue la noche, pero ésta no me hace olvidar. El sueño se resiste a cubrirme con su manto y paso horas y horas de pesadilla. Por la mañana, todo vuelve a comenzar. Una vida vacía que no tiene más sentido. No consigo encontrar un porqué a toda esta tristeza.