Ha llegado el momento. Quiero gritar, largarme de aquí. Necesito salir corriendo, huir de este lugar, de este país, de estas paredes que me ahogan y sólo me recuerdan a ella... No sólo me ha dejado claro que no me quiere, sino que con su conducta despreciativa me menosprecia. Bueno, no la culparé a ella. La culpa no es sino mía, por seguir insistiendo en lugar de levantar la cabeza con orgullo y decirle: "ahí te quedas, más pierdes tú que yo..." No voy a seguir siendo como hasta ahora, tengo que empezar a quererme ya.
Me iré lejos de aquí, sin que ella lo sepa. Y, si algún día se le ocurre llamarme para quedar, le diré: "lo siento, no puedo, no me pilla a 10 minutos como antes. Estoy a kilómetros de ti..." Aunque preferiría poder crear una distancia mental de kilómetros, sin necesidad de recorrerlos en coche o avión.
Necesito la fuerza suficiente, necesito vivir sola en otro país para pasarlo mal y hacerme una mujer de una vez. Sé que todavía soy una niña y no me gusta. Pero cambiaré, estoy en proceso, lo siento, lo noto... Algún día seré la mujer que siempre he querido ser y no necesitaré estar con nadie para sentirme en paz. Sólo ese día sentiré la felicidad.
Me iré lejos de aquí, sin que ella lo sepa. Y, si algún día se le ocurre llamarme para quedar, le diré: "lo siento, no puedo, no me pilla a 10 minutos como antes. Estoy a kilómetros de ti..." Aunque preferiría poder crear una distancia mental de kilómetros, sin necesidad de recorrerlos en coche o avión.
Necesito la fuerza suficiente, necesito vivir sola en otro país para pasarlo mal y hacerme una mujer de una vez. Sé que todavía soy una niña y no me gusta. Pero cambiaré, estoy en proceso, lo siento, lo noto... Algún día seré la mujer que siempre he querido ser y no necesitaré estar con nadie para sentirme en paz. Sólo ese día sentiré la felicidad.