martes, 12 de noviembre de 2013

Todo lo que escribí ayer se acaba de ir al garete... hoy me siento hundida. Es martes, tal vez tenga algo que ver que los martes estoy más cerca de ella, ya que voy a patinar y estamos a menos distancia. A veces incluso he visto su coche aparcado en la calle. No puedo evitar un vuelco al corazón cuando eso sucede y siempre intento elegir otro camino de vuelta para evitar su reacción de rechazo y/o indiferencia. Prefiero ahorrarme el bochorno y consiguiente malestar. Todavía no sé si el contacto cero será temporal o definitivo. Supongo que lo mejor es pensar lo segundo, ya que la esperanza es dañina. El siguiente paso es hacerme a la idea de que pronto la veré con otra. No creo que eso tarde mucho en suceder, ya que es una persona encantadora. Si yo estoy intentando pasar página, ella habrá terminado ya el libro de nuestra relación, puesto que no siente nada por mí. Si sólo quiere ser mi amiga y equiparo mi situación a la que tuve con Ana, sólo podré ser su amiga... cuando me enamore de otra. Eso es lo que me sucedió con Ana y he tardado más de 5 años. Es cierto que la relación ha sido más corta, pero eso no le resta importancia alguna. También es cierto que esta vez soy más fuerte y trataré de rehacer mi vida lo antes posible. Sufrir por sufrir no tiene ningún sentido. Ahora estoy conociendo a más gente que antes (todo tipo de personas ), ya que no soy tan tímida como hace años, y me encuentro sorpresas, incluso ha resultado que mi monitora de patinaje tiene los mismos gustos que yo. Me duele pensar que, tal vez, dentro de un tiempo, nos crucemos por la calle como dos desconocidas. Sería una auténtica pena desperdiciar algo tan bonito...

lunes, 11 de noviembre de 2013

Creo en la inmensidad del amor, en su poder de traspasarlo todo. En la fuerza de la mirada, de una caricia, de un beso... En la magia que rodea a los seres que se aman. Mis sentimientos siempre han sido sinceros, limpios, puros... Deseo que eso no se pierda nunca, pues es tan bello que ni la más espectacular puesta de sol le puede hacer sombra.
La vida: unas veces cruel. Otras, ilusionante. Y las personas, una auténtica caja de sorpresas. Llevo una sonrisa por compañera, de las sinceras, de las que intentan transmitir todo lo bueno que hay en mí. Este cambio de actitud está resultando determinante para mí y, lo mejor de todo, es que estoy empezando a valorarme de verdad. Incluso, diría yo, a respetarme, a sentir que no sólo pierdo yo. Sólo hay una vida y ésta no corre, vuela. Dentro de un mes justo cumpliré un año más y estoy dispuesta a no dejar pasar ni un solo segundo sin disfrutarlo. Basta de llorar. Basta de sufrir. Quiero vivir.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Últimas reflexiones producto de la noche: Si no quiere verme es porque realmente me quiere mucho menos de lo que me decía. Por otro lado, si dejamos de vernos mucho tiempo, evidentemente nunca se enamorará de mí. Todo lo contrario, me olvidará mucho antes. Conclusión: no hay esperanza.