sábado, 31 de agosto de 2013

Creo que he conocido a la mujer de mi vida. Sí. Esta vez siento que es así. Es inteligente, dulce, bella,... todo lo que siempre he anhelado encontrar. Es un ser maravilloso y, casi en tiempo record, me he enamorado de ella. Todo podría ser perfecto, pero estamos hablando de mi vida... ¿Acaso me han pasado tantas cosas buenas en 35 años? NO. No todo van a ser facilidades, para qué va a mejorar mi vida. Nuevamente me pone a prueba. Mi chica está pasándolo mal y yo no sé qué hacer para ayudarla. Eso me produce un profundo dolor y tristeza, ya que la veo mal. Al principio era diferente, pero con el cambio de mis sentimientos hacia ella (y creo que también los suyos hacia mí), lejos de mejorar, la situación ha empeorado. Cada vez los bajones son más frecuentes y me cuestiono si realmente ejerzo algún efecto beneficioso en ella. Lo dudo continuamente. Mi ilusión va decreciendo conforme aumenta mi miedo a perderla. La amo. La deseo. La necesito. Sin embargo, no hay nada que yo pueda hacer. Es ella quien tiene que sufrir su duelo y mientras tanto, yo sólo puedo esperar y apoyarla. Temo que la desilusión me pueda, tengo muchos momentos de tristeza y ya no veo el futuro tan bonito. Me esfuerzo por ser positiva, pero a veces ya no puedo.