domingo, 6 de junio de 2010

No hay nada más triste en la vida que dos seres que se aman de alguna manera y que se vean forzadas a estar separadas. Las circunstancias pueden ser muchas: por trabajo, por lugares de residencia distantes, ... Sin embargo, cuando dos personas que viven a menos de 10 minutos la una de la otra acaban por no poder estar juntas, aun queriéndose, empiezan a ocurrir cosas muy dolorosas e inexplicables. Incompatibilidad de caracteres que acaban por hacer daño. La mejor solución en estos casos es hacer de esos 10 minutos un infinito. Mi vida, sé que estás ahí, pero no puedo tenerte y eso me duele hasta el agotamiento. Ahora tengo que seguir viviendo mi vida o acabaré por desfallecer. Espero poder olvidarte algún día, aunque lo dudo. Puede que deje de amarte, pero siempre estarás en mí.