sábado, 28 de septiembre de 2013

Cómo duele que te olviden tan condenadamente pronto.
Brindemos por el ojalá... esta tarde me está doliendo mucho.
¿Cómo puedo ser tan frívola y dramatizar de esta manera porque me hayan dejado? Veo cada día el mundo en las noticias y me da miedo ver el panorama tan desalentador que tenemos como pan nuestro de cada día. Unos padres que matan a su hija (presuntamente). Ni en mis momentos de más horrible desesperaciónn podría imaginarme cómo puede una madre o un padre querer hacer daño a un hijo. ¿Locura? ¿Intereses económicos? Este comportamiento execrable no tiene perdón ni se podría inventar una pena lo suficientemente justa para los culpables. El paro, que sigue y sigue creciendo... hombres hechos y derechos que lloran ante la impotencia de no poder alimentar a su familia, aumento en el número de usuarios de los comedores sociales... gente como nosotros que, de la noche a la mañana, se quedan sin nada. Es realmente cruel. Los conflictos en Oriente, la maldita religión que les lleva a comportarse así; la misoginia, el maltrato a la mujer, a los animales... Los incendios provocados, los políticos ladrones que se están enriqueciendo sin importarles nada más que su propio interés. ¿Y el del país? No les importa una mierda el país mientras sus bolsillos estén llenos. Me da tanto asco a veces el mundo que no entiendo por qué no nos queremos más unos a otros, por qué nos hacemos daño y nos machacamos en lugar de echarnos una mano. Una sonrisa en lugar de un mal gesto no cuesta nada y ayuda, la verdad sea dicha. En más de una ocasión, una persona desconocida ha cambido mi estado de ánimo al regalarme una sonrisa sin más motivo que el de verme pasar. Ojalá todo fuese diferente.

Sábados de nostalgia

No sé por qué motivo los sábados me siento especialmente nostálgica. Imagino que mi mente regresa a más de seis años atrás y revive el dolor y la incertidumbre de mi primera relación. Qué daño ha hecho en mi forma de afrontar una relación. Que te digan que te quieren y al día siguiente lo pongan en duda, que ya no...Qué años tan tormentosos. Ahora la protagonista de mis pensamientos es otra, pero el sufrimiento es tan parecido que me trastorna. Pero en este caso me lo han dejado claro. Le agradezco su sinceridad, pero no tanto el hecho de que se haya cerrado a mí hasta el punto de no querer volver a intentar nada conmigo. Imagino que perderemos totalmente el contacto. A veces la siento completamente lejana y ajena a mí, como si nunca hubiese existido (aunque mi tristeza me dice que no es así) y otras, en cambio, hay pequeños detalles que me hacen sentirla de una forma tan vívida que me dan ganas de arrancarme la piel y el corazón. Esta mañana, sin ir más lejos, he visto en El Corte inglés una camiseta blanca igual que la suya, ésa con la que está tan irresistiblemente sexy. Me ha dolido tanto que la he soltado y "enterrado" en el cajón de ropa en el que estaba. Para colmo de los colmos, he escuchado la canción de Pastora "Te despertaré". No puedo escucharla sin llorar, al igual que a Vanesa Martín. Todo se ha tornado en recuerdos amargos por el dolor que producen. Quisiera borrarlos de mi mente, pues no me hacen ningún bien. Seguro que ella ni se acuerda de mí y todas estas tonterías no le suceden. Aunque imagino que, si se acordara alguna vez, tampoco me llamaría ni me lo haría saber para evitar que me pueda hacer ilusiones. Qué difícil es esto del amor no correspondido. Es cruel, pero nadie tiene la culpa y sé que a ella le habría gustado poder enamorarse de mí.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Creo que el skating ha reabierto sus puertas en un momento idóneo para mi salud mental. Gracias a eso no estoy peor y voy pasando los días con otro carácter. Reencontrarme con mis amigos y volver a practicar slalom en la pista me hacen olvidarme un poquito de mi tristeza. De nuevo, el patinaje me salva la vida.

Mendigar amor

Lo que he estado haciendo se llama mendigar amor. He sido una "mendiga" del amor, aunque suene ridículo. No me extraña nada haber provocado tanto rechazo en ella, pues yo misma sigo aún sintiendo rechazo hacia mi comportamiento, que ya no hacia mí. En el fondo sé que no he hecho nada malo, nada que no se pueda perdonar y/u olvidar. A veces me gustaría saber si me piensa, recibir una pequeña señal de que es así. Pero, por otro lado, soy consciente de que seguramente no lo hace y de que en un par de meses no habré sido nada importante (si es que lo sigo siendo a día de hoy) en su vida. Quiero aprender a estar a la altura de mí, quiero dejarme llevar por lo que soy. Soy una persona con muy buenos sentimientos y creo que eso me da valor. Si vuelvo a tener algún día una relación, lo haré de tú a tú y no sentiré que es imposible que alguien me quiera. Sí que lo es. No valgo menos que nadie. Tengo muchas cosas buenas, pero tengo que verlas yo, creérmelas. Pienso que en este caso he creído no estar a su altura y al final he boicoteado yo misma la relación por el continuo miedo a perderla. Ahora ya no existe ese miedo, ya la perdí. Un ser tan maravilloso, ¿por qué motivo iba a querer estar conmigo? Tengo tanto, tanto trabajo por hacer... pero estoy dispuesta a luchar y no me cansaré de repetirlo. Sola o acompañada, quiero valorarme más. Me gustaría tanto que la vida me diese una segunda oportunidad con ella algún día... pero se ha obcecado y no creo que lo pueda siquiera replantear. La vida es esto... o lo acepto o me amargo. Pero quiero que sepa lo importante que ha sido y es para mí.

jueves, 26 de septiembre de 2013

TE AMO
Estoy esperando que el tiempo empiece a hacer de las suyas. Que me ayude a olvidar. Cuando conoces a alguien maravilloso que te llena y aporta cosas preciosas siempre es complicado olvidar, el tiempo va despacio y muchas veces tienes que luchar contra todo para poder seguir adelante. Ella era la persona que yo quería para compartir mi vida, siempre la recordaré como alguien especial que me dio ilusión, aunque ésta haya durado tan poco y se haya tornado en dolor y tristeza.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Hoy me encuentro algo mejor, sobre todo después de haber podido dormir casi toda la noche, aunque con ayuda. Supongo que las largas conversaciones por whatsapp en la que la respuesta es siempre la misma no me hacen nigún bien. Basta ya de machacarme y machacarla. Vivamos nuestra vida por separado. Si algún día volvemos a vernos, sólo la vida sabe. Ahora no sé qué hacer con sus patines, creo que los llevaré al trastero porque en el maletero de mi coche puedo verlos con frecuencia y ver algo suyo me duele. Necesito resetearme y volver a poner a cero mi corazón. No más amor. Sólo he tenido historias tormentosas y quizás es lo único que merezco. Qué más da. Apuesto lo que sea a que casi no me recuerda y, lo de echarme de menos, para nada. Qué pena, con lo bonito que fue todo.

martes, 24 de septiembre de 2013

Voy a limpiar otro ratito y luchar por algo que siempre me ha dado felicidad: mis patines. Esta semana estamos preparando el skating para poder reabrirlo la semana que viene y las horas que paso en él por la tarde acompañada de mis amig@s me están dando un poco de fuerza para seguir adelante. Tengo que luchar y olvidar.
Tengo que dejar de castigarme, culparme y machacarme. Estoy extenuada. No puedo dormir, me caigo del cansancio, se me cierran los ojos. Me está cambiando el carácter. Esta mañana, en el trabajo, he estado muy irascible, además de triste y deprimida. No puedo dejar de culparme por mi comportamiento y sigo sin saber de dónde viene, a qué es debido. Me paso las noches en vela. Anoche estuve una hora sentada en la cama, con los pies en el suelo y la cabeza entre las manos. Llorando. Necesito recuperar mi autonomía, mis sentidos, mi razón de ser. Esta historia me ha afectado de una forma inusual, de forma inexplicable. No me reconozco. Si bien es cierto que me cuesta recuperarme de estas cosas, creo que en esta ocasión mi caída ha sido extrema. Tal vez por pasar del bienestar al rechazo en tan poco tiempo, tal vez por haberme alimentado de ilusión y esperanza desde el primer día. Debo dejarla marchar, debo dejarme marchar. Me he propuesto sacar algo bueno de esta experiencia, aunque ahora mismo no veo cómo. Sé que aprenderé cómo no debo comportarme si hay una próxima vez con otra persona. El jueves tengo sesión con el psicólogo y quiero que llegue ya para empezar en serio el largo camino hacia mi recuperación. Quiero ser mejor persona, canalizar esto y convertirlo en una virtud. Me estoy desmoronando por momentos y me da miedo no poder levantarme.
No puedo soportar la vida en este momento, no tengo fuerzas ni ganas de seguir adelante. No comprendo qué me está sucediendo. A veces creo que me voy a volver loca. ¿Pero por qué me estoy comportando así con ella? ¿Acaso no me ha dejado ya claro mil veces que no me quiere? ¿A qué estoy esperando, a asfixiarla hasta que no pueda respirar más? Estoy harta de mí, de este comportamiento absurdo que la está alejando cada día más de mí. ¿Qué pretendo con eso? Si me lo dicen hace un tiempo, no me lo habría creído. ¿DE qué voy? No tengo ningún derecho a amargarle la vida a nadie. Si estoy hecha una mierda, es culpa mía. No tengo por qué volcar mis miedos ni mis inseguridades en nadie. Estoy tan cansada de esto que no puedo más. Me ahogo. Quiero desaparecer ya, en este momento. No puedo soportar un día más esta sensación de vacío y dolor, pero sobre todo de la culpa por mi forma de actuar. Me siento tan avergonzada de mí misma que no sé cómo seguir adelante. Estoy perdida, mucho. Creo que es la primera vez en mi vida que realmente odio a alguien: a mí misma.

lunes, 23 de septiembre de 2013

La vida me empuja, me araña, me arranca las entrañas... me duele, me mata. Juega conmigo y me da un golpe de efecto que no puedo encajar. Se burla, se pone seria, pasa de la vie en rose a la noche oscura de mi alma. Me levanto, me caigo, me fallan las piernas, el corazón, la sonrisa... Me abre los ojos y me los tapa para que no vea el mundo. Y yo me convierto en marioneta, de trapo o de cartón, bailando al compás de su rutina. Me baño en un charco de tristeza y me recreo, tal vez masoca, tal vez anhelante de saber por qué. Mi porqué. Su porqué. El porqué de las cosas y de la vida cruel que la aleja... No sé quien soy. Sólo sé que la amo y que ya no está.
Esta mañana me he levantado sin energía, no sé si debido a la falta de sueño o a la tristeza acumulada. No sé por qué, en el trabajo, me ha dado por pensar en sus manos. Qué estupidez. Será que la echo de menos y cualquier cosa me la recuerda. Me gustaría saber si ella también me piensa, aunque sea poco y de otra manera. Esta tarde vuelvo en parte a mi rutina y, para ello, me espera una larga sesión de limpieza y puesta en marcha del skating. Creo que me hará bien. A ver si quitando porquería se me va también la pena y se me olvida esta tontería del amor (tontería muy seria y dolorosa, todo hay que decirlo). Supongo que ya no me escribirá más, incluso piensa eliminarme de twitter. Yo habría eliminado ya mi cuenta si supiese cómo hacerlo, pero realmente no tengo intención de usarlo más. Imagino que no volverá a leer mi blog, pues le hace daño. No quiero hacerle más daño. Quiero que sea feliz, como ella merece. Anoche pensaba, después de nuestra conversación por whatsapp, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Está muy mal y aún tiene fuerzas para preocuparse por mí. Es que es una gran mujer. Por eso la quería para mí. Lástima.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Desde hace unos días la gente que me quiere no para de decirme que valgo un montón, que soy una gran persona... yo reflexiono y pienso que tal vez no lo sea tanto si no sé ni mantener una relación. Quiero ser mejor persona, es lo que más deseo en este momento.
Hoy empieza el otoño y espero que éste me devuelva la paz interior que he perdido. Estoy en un momento raro de mi vida, ya que estoy haciendo cosas que no van conmigo. A veces no sé quién soy y eso me perturba mucho. Cuando reflexiono sobre mi comportamiento en las últimas semanas y lo analizo en frío, sólo puedo sentir vergüenza y culpa. ¿Por qué he hecho eso? Yo no soy así, yo no quiero ser así. Deseo ser una persona libre, con pareja o sin ella, pero libre. He causado una pésima imagen de mí a algunas personas, pero sobre todo a mí misma. Eso no me lo puedo perdonar. La culpa me corroe, pero ya no hay forma de borrar todo aquello. Sólo puedo seguir adelante con mi vida y tratar de ser feliz. Quiero poder ser yo misma, sé que valgo mucho. Tengo muchos valores de los que mucha gente carece y eso me convierte en alguien que merece la pena. Pero eso tengo que verlo primero yo y luego yo, creérmelo, asimilarlo y comportarme como una persona orgullosa de sí misma. Necesito recuperar mi tranquilidad, centrarme en lo que realmente importa y recuperar mi rutina. En este momento siento tanta ansiedad y nerviosismo que no consigo relajarme nunca. No puedo dormir, he perdido el apetito (ya he adelgazado 2 kilos) y todo esto me hace sentir todavía peor. Antes me sentía mal y me comía un helado. Ahora ni eso me entra. Esta mañana he vuelto a reunirme con mis amigos del club de patinaje y me he dado cuenta de cuánto bien me hace estar con ellos. Afortunadamente, el skating se reabrirá el mes que viene y volveré a ver a mi familia patinista con más frecuencia. Ellos, que tanto me ayudaron cuando estaba mal, cuando todavía tenía el corazón roto y había perdido la ilusión. Ellos, que me acogieron y quisieron como una más. En estas últimas semanas (meses) he perdido el rumbo de mi vida, centrándome en una sola persona y olvidando al resto. Ése ha sido un tremendo error, ya que podía haber compaginado todo sin ningún problema y seguramente las cosas habrían ido mejor en todos los sentidos. De nada vale lamentarse ya. La vida sigue y mañana saldrá igual el sol, no espera por nada ni por nadie. Estos días de tristeza siento que la vida me empuja, me obliga a seguir caminando para no arrollarme. He caído un poco, algunos días he creído caer hasta el fondo y no había más luz que la de mi lámpara. Debo seguir adelante, sin esperanza ya por ese amor... Está fuera de mi vida, ya no existe. Ahora soy yo y nada más. Una persona que debe aprender a amar la vida porque sí.

Mañana será otra vida...

Creo que por fin he escuchado ese "click" que te hace abrir definitivamente los ojos. No más dolor ni pena. Mañana me despertaré y pensaré que nunca ha estado. Y no porque no me importe o no la quiera, sino porque no tiene sentido sufrir por un imposible. Me ha dejado del todo claro que no he sido más que una relación de dos meses, que ya está, que se acabó. La fase de negación en la que me hallaba sumergida pasó a mejor vida. Voy a vivir mi vida y compartirla con quien realmente quiera estar conmigo. Con mi familia y mis amigos. Nada más. Siento rabia, mucha rabia. No hacia ella, porque no podría, sino hacia mí y mi debilidad. Estoy muy cansada de sufrir por algo que no tiene solución. Me gusta complicarme la vida, parece ser. Quiero rehacer mi vida y para ello no necesito a nadie más. Me tengo a mí, me voy a trabajar, a querer, a ser fuerte. Si no me quiere, pues cada una por su lado. Ya no puedo más con esto. Me agota. Estoy perdiendo mi vida y mi ilusión apostando por una relación que se ha acabado, si es que realmente se ha podido llamar relación. No soy una niñita, estoy harta de que me traten así. Mucho. No más oportunidades, pues bien. Ya está. Si pudiese congelar mis sentimientos, lo haría. Así la dejaría en paz, como ella me ha pedido hasta la saciedad. Siento mucha rabia, mucha. Se ha distanciado por mi culpa. Todo claro. Al igual que tengo clarísimo que no quiero volver a estar con nadie más. Estaba mucho mejor sola, cuando ya por fin me había recuperado de mi ruptura con Ana. Cuando ya por fin me había limpiado del todo y disfrutaba de mis hobbies y de mis amig@s. El amor sólo complica las cosas. No lo quiero en mi vida. Estoy cansada de todo. Debo seguir adelante o me hundiré. La recordaré como algo bonito y nada más, aunque para mí haya supuesto tanto. Un mes mágico para todo lo que me espera de dolor. No compensa. Estoy muy dolida. No ha sabido ver en mí nada más que una persona asfixiante, lo demás no ha valido nada. Yo pensaba, yo creía... pero qué ilusa soy a veces. Si algún día lees esto, Carmen, comprende que debo sentir rabia porque ésta me ayuda a seguir adelante. Pero no olvides nunca que te he amado como he sabido. Mal, pero mucho. Ahora debo pensar sólo en mí. Como tú vas a pensar sólo en ti. Seguramente no me pensarás más o lo harás muy poco, pero si algo me quedó claro en mi relación con Ana es que no se puede obligar a nadie a que te quiera. Yo también aprendo de las experiencias. Mi corazón está roto y mejor que se quede así, no vaya a recomponerse y tener la tentación de volver a amar...