sábado, 24 de abril de 2010

La noche agudiza mis miedos, mi dolor, mi soledad... No logro apartarte de mí, aunque sepa que me dueles cada segundo del día, que tu ausencia fue durante un tiempo mi alivio, mi paz interior... Volviste para hacerme sangrar las pocas lágrimas que en mí quedaban. Siento que ya no vivo. ¿Qué sentido tiene ser sin latir y latir sin amar?