viernes, 9 de enero de 2009

Atrapada por la nieve

¡Qué bonita la nieve, qué paisaje tan idílico y hermoso! Los árboles y los tejados, vestidos de blanco, nos reciben cada vez que salimos de casa. Sí, sí, todo es maravilloso. Una maravilla hasta que, a las 8 de la mañana, te encuentras el coche totalmente cubierto de nieve, con lo cual tienes que congelarte las manos tratando de limpiar el parabrisas. Después, con las manos rojas como tomates, te metes en el coche, tiritando, y, al meter la llave, no hay quien arranque. Una vez que has conseguido arrancar, le das a la calefacción y sale un aire polar que te obliga a apagarla de nuevo. Metes la primera, sales y el coche da el primer patinazo. Vaya tela! Aún no he avanzado ni 10 metros y ya tengo el corazón a 2000 por hora, se me ha puesto mal humor y parezco un cubito de hielo. Por no decir que, por supuesto, las carreteras están cortadas y no hay manera posible de salir de este pueblo. Qué bonita es la nieve, sí, en las pelis y para hacer fotos. En la vida de una currante, es preferible el solecito.

miércoles, 7 de enero de 2009

He decidido retomar mi blog más por necesidad que por otra cosa. Creo que ésta es la única manera de expresar lo que siento, con palabras escritas. A veces, al hablar, sobre todo cuando expreso mis sentimientos ante la persona a la que quiero, me embarga la tristeza y acabo por romper a llorar. De este modo me ahorro el mal trago. Creía que tenía superadas ciertas cosas, pero nada más lejos de la realidad. No sé por qué ni cómo, pero no puedo olvidarla. Se ha impregnado en cada poro de mi piel, en cada célula de mi cuerpo y, por más que trato de apartarla de mi mente, no lo consigo. Lo lógico, ante su comportamiento hacia mí, sería querer alejarla de mi vida, pues me ha dejado claro que no me quiere en su vida. Pero debo de tener un corazón masoca, que por muchas heridas que tenga, sigue latiendo por y para la persona que lo hiere. ¿Quién comprende a un corazón enamorado? Yo no, y eso que es mío.