miércoles, 20 de octubre de 2010

Rabia infinita, pero merecida

Tengo tantas ganas de averiguar cómo soy yo siendo mala... Cómo soy yo cuando me han j... tanto que hasta mis lágrimas se han secado, cuando no hay más allá de un amor que pudo ser y fracasó por culpa de la otra persona. Cuando lo he dado todo y luchado hasta el agotamiento por hacer que las cosas funcionen. Cuando me ha dicho que me quiere y no quería ni soltarme y al día siguiente no ha recordado ni quién soy. Llevo así casi 4 años y sencillamente estoy harta. Quisiera hacerme una sesión de hipnosis para sacar a esa persona de mi mente, poder cruzarme con ella por la calle sin un atisbo de reconocimiento por mi parte. Ojalá pudiese... no lo dudaría ni un instante. Me ha hecho DAÑO, un daño con mayúsculas que no sé si podré perdonar algún día. Le di mi amor y me ofreció rechazo. Sólo tuve migajas de su cariño en sus momentos de soledad, cuando a ella le apetecía. Cuando no, yo molestaba, la ponía nerviosa... Cuando me ha necesitado, me ha tenido. Quizás sea ése el problema. Que me ha tenido siempre. Yo a ella, en cambio, sólo la ha "tenido" cuando se sentía cariñosa, cosa que, por cierto, no ocurre muy a menudo. He sido un juguete, un ridículo entretenimiento que incluso tenía que dar las gracias por esos momentos bonitos, esa limosna, esa farsa. No puedo más. Quisiera salir volando, desaparecer del mundo. Quiero sentir rabia, pero me puede la pena, la más profunda tristeza al saber que nunca podrá ser. Pero tiene que ser así o nunca lograré desprenderme de este lastre que dificulta mis pasos en el día a día de esta P vida.