sábado, 19 de octubre de 2013

Ahora que he comenzado a odiar también los fines de semana, el sábado es el día que más detesto de la semana, junto con la tarde del domingo. Esta tarde tengo fiesta de cumpleaños de mi sobrino y tengo que ponerme la máscara de la sonrisa, que es lo que menos me apetece. Pero toca, no quiero amargarle la fiesta a nadie. Y mucho menos a mi familia. Los únicos momentos en que me siento en paz son los domingos por la mañana, ya que me paso varias horas haciendo lo que más me gusta: patinar. Es lo único que me hace olvidar y estar feliz, aunque sea temporalmente. Ayer vi a una amiga suya por la calle y me saludó con una sonrisa. Eso me gustó. Al menos sé que no me tienen manía a pesar de todo. Me hizo sentir bien. Es cierto que cada día voy estando un poquito mejor, pero no puedo evitar sentir la tristeza del alejamiento y eso tardará un tiempo en curar. Es que es difícil desprenderse de algo tan bonito... espero que ella también piense eso de mí.
"NUNCA NUNCA NUNCA NUNCA NUNCA te va a llamar para decirte que te quiere. Métetelo en la cabeza." Éste es mi recital mañanero de todos los días, salvo hace un par de días que me desperté estúpidamente ilusa. También por las noches, antes de acostarme, me intento machacar un poquito con estas palabras. Tengo que ser realista. Me ha dicho cientos de veces que no me quiere como yo quiero, que sólo le gusto y me tiene cariño. Grábatelo, tatúatelo en la mente y el alma, que ella no es ni será para ti. Estoy harta de que me digan que no me quieren lo suficiente y que les encantaría enamorarse de mí. Me lo han dicho las dos mujeres a las que he amado... Es tan frustrante... Me está olvidando y, a cada segundo que pasa, nos alejamos más y más. Lo siento así. Cuánto deseo que el tiempo vuele, que no se vaya arrastrando lentamente como lo hace, para que se convierta en un ruido blanco.... esa música de El Corte Inglés que sabes que está pero a la que no prestas atención. Jeje, cosas de psicólogos. Ni siquiera tengo la seguridad de que se acuerde de mí y, muchísimo menos, de que me eche de menos alguna vez. Es una pena, esto habría podido ser algo maravilloso.

viernes, 18 de octubre de 2013

LA NOSTALGIA HACE SANGRAR POR DENTRO. PERO EL CORAZÓN NO ELIGE: AMA O NO AMA.

jueves, 17 de octubre de 2013

Por una vez me podía dar una alegría o sorpresa en esto del amor... podía ir a recogerme, escribirme alguna cosa bonita como que me echa de menos o cualquier otro detallito no material que hiciese que mi corazón se desborde de felicidad... para variar. Ais.
La vida es una auténtica jungla de fieras. El trabajo es la mayor de todas y hay que tener los ojos bien abiertos para que no nos pisoteen ni nos humillen. Hace más de una año y medio que trabajo en esta empresa y yo misma me noto día a día el cambio, no espectacular, pero sí progresivo, que va sufriendo mi personalidad. Creo que me estoy "Extrualizando", por expresarlo de algún modo. El ambiente diario habitual contempla una gran tensión y ello conlleva a la gente a comportarse como si tuviesen el enemigo en casa, esto es, en la misma empresa. Y puede que así sea. Sin embargo, yo siempre he sido fiel al compañerismo y al buen rollo para facilitar las cosas. Pasamos una buena parte de nuestra vida en el trabajo y por qué no hacer que no sea, al menos, un lugar donde vayamos a amargarnos unos a otros. El problema es que la gente no parece estar dispuesta y, a la larga, en vista de los escasos resultados de mi amabiliadad, me tocan tanto las narices que yo misma acabo saltando. No me pienso convertir en una de ellos, pero tampoco voy a dejar que me humillen como me dejaba hacer al principio. Las cosas claras, ante todo. Nada de gritos, insultos, mucho menos el uso de violencia... mantengo una actitud lo más asertiva posible para que no me coman y, especialmente, para que el malhumor de los demás no me afecte o lo haga lo mínimo. Creo que éste es el camino y cada día me siento más segura, respondo como creo que debo hacerlo y me siento mejor. Hoy ha sido un buen día laboralmente hablando, incluso he bromeado con los compañeros y por un momento me he sentido bien allí.
Esta mañana me he levantado con la plena convicción de que, si en un tiempo prudencial, no ha encontrado a nadie que le guste más que yo, ella y yo volveremos a estar juntas. ¿Motivos? No tengo ni la más remota idea de por qué ahora mismo pienso así. Igual es porque pienso que es una pena echar a perder ese feeling, ese sexo maravilloso, esos momentos mágicos entre canciones, tarareos, besos y abrazos. Sé que, si no se ha enamorado de mí hasta ahora, ha sido por mi comportamiento agobiante e infantil y también, en parte, por su rechazo a tener una relación tan pronto. Pero, cuando la situación se haya calmado y quizás me empiece a echar de menos, yo habré trabajado en mí para poder ser mejor. Entonces encontrará a la mujer que realmente quiere, y ésa seré yo. Entonces podremos darnos calorcito en invierno. Probablemente estoy pecando de ilusa de nuevo, pero hoy me voy a permitir pensar así porque me da la gana. Mañana será otro día.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Hoy hace 3 meses que nos conocimos. Nunca olvidaré el momento exacto en que la vi por primera vez. Gracias por ese mes tan bello, especial e ilusionante. Je te garde dans mon coeur.
Esta mañana, en el trabajo, me he quedado unos segundos embobada mirando fijamente a través de la ventana (algo que me viene sucediendo casi a diario). Las hojas de los árboles se mecían. El cielo, que una hora antes estaba cubierto, se había vuelto azul... el mundo y la vida siguen su ritmo con valentía. Debo aprender de ellos. Llevo unas semanas sin ser la que era, tristona, apagada, sin poder concentrarme prácticamente en nada. Siento la urgente necesidad de recuperar la ilusión de vivir, volver a sentir verdadera alegría al hacer las cosas que me gustan. Llevo más de dos meses con el mismo libro y aún no he pasado de la página 100, yo, que siempre he sido una devoralibros. Hace tiempo que no juego con mis sobrinos, que no les leo un cuento, que no admiro su inocente belleza. Quiero poder recuperar las siestas en lugar de ponerme a escribir palabras deprimentes en un blog. Necesito descansar, fortalecerme físicamente. A veces me siento como una mera espectadora de la vida o como una actriz de reparto que se queda fuera de la película. Me miro al espejo y sólo veo a una chica flacucha con la mirada apagada. Lo de flacucha me habría gustado en otro momento, pero ahora es un signo de fealdad. Tampoco voy a decir que antes me mirase al espejo y dijese: "estás más buena que el pan", no voy a engañarme. Pero no estoy tan mal... cuando estoy bien. Dentro de dos meses cumpliré mi doble mayoría de edad y me he propuesto un cambio firme en mi forma de ser y de pensar. Tengo que aprender a ser consciente de que soy una mujer, no una niña. Y comportarme como tal. De nada sirven las palabras si no hay comportamientos que las sustenten. Lo lograré, con esfuerzo y tragando mucho dolor, pero sé que lo haré. Esta tarde toca sesión y pienso sacarle mucho provecho.
Necesitaba escribir antes de irme al trabajo porque acabo de leer los mensajes que me envió anoche y no puedo más que agradecerle su actitud comprensiva y siempre dulce y protectora hacia mí, a sabiendas de que seguramente lo que menos le apetece en este momento es escribirme. Lamento muchísimo mis maneras de hacer las cosas, desde el principio en esta relación. Me he perdido yo sola. Ahora sólo deseo salir de esta burbuja de dolor en la que me he metido, quiero que reviente ya y poder escapar de todo esta tristeza. No sé si la vida nos volverá a reunir, como amigas o como lo que sea, pero soy muy consciente de que hay que poner espacio de por medio y esperar un largo tiempo. Me duele enormemente haber vuelto a desilusionarla, aunque sinceramente no sé si podría desilusionarla todavía más. Ojalá le hubiese desilusionado también el contenido del mensaje, pero solamente por el hecho de que no quisiera perderme. Eso nunca lo sabré. La vida es muy sabia y, si algún día, por allá por el 2030, quiere que volvamos a estar juntas, se lo agradeceré de corazón. Me voy a trabajar con la melodía de Los trotamúsicos en la cabeza, ya que acabo de escucharla en la radio. Lo que me faltaba, pena, tristeza y una canción espantosa de banda sonora. En fin...

martes, 15 de octubre de 2013

¿Cómo se me ha podido ir la situación de las manos tanto? Siempre hago las cosas por impulso, nunca las medito lo suficiente y, al final, no sólo empeoro todo sino que acabo haciendo daño a quien no deseo. No sé cómo voy a poder enmendar este error, esperaré a que me perdone con el tiempo y lo olvide. No pretendo que vuelva a llamarme, pero no puedo vivir en paz si sé que me tiene algún tipo de rencor o desprecio. Desde el primer momento no he sabido manejar esta relación y, al final, la he perdido irremediablemente. Es tan curioso cómo he podido acabar provocando el efecto opuesto al que deseaba... ya no hay nada que yo pueda hacer.

lunes, 14 de octubre de 2013

No paro de sentirme mal por si le hice daño al no contestarle anoche. Imagino que fue sólo un whatsapp de cortesía para ver si estaba un poquito mejor, aunque me gustaría tanto que fuese por otro motivo... Tengo que meterme en la cabeza que no me quiere, no me quiere, no me quiere... que me olvidará enseguida. Ojalá las cosas, por una vez, fuesen buenas y la vida me diese esta oportunidad. Sería precioso que me diese una sorpresa y me esperase algún día a la salida de una clase o del patinaje... pero sé que no ocurrirá. NO ME QUIERE y tengo que metérmelo en la cabeza. Los whatsapp del sábado por la noche eran una despedida en toda regla: está muy claro que esta vez se acabó de verdad. Siento mucha pena porque es la mujer de mi vida y, puede, que yo de la suya. La frase "Si hemos de estar juntas, lo estaremos" no me vale como consuelo en estos momentos.
Después de decirme que no quería volver a tener contacto conmigo, el fin de semana ha sido bastante durillo. Decidí nuevamente respetar su decisión y no escribirle, por eso, lo que menos me esperaba era un mensaje de su parte preguntando qué tal me había dado el finde. Mi primera reacción fue desconcierto. Después, no supe qué sentir. Estaba tremendamente dolida, con el corazón destrozado y no sabía si responder o no. Me lo pensé bastante y al final le dije un escueto "bien" que no sé si llegó a recibir. Esta mañana no puedo evitar sentirme mal por no haber hablado con ella, pero supongo que comprenderá que ayer no estaba bien. No quiero que se sienta mal. Realmente me desconcierta que me diga que no quiere contacto y luego me escriba. Eso me da mucho que pensar. Por una parte, pienso que es es preocupación que siente por mí. Yo no quiero que sienta preocupación, quiero que me quiera. Y, como eso no puede forzarse, me limito a no hacer nada. Por otra, en un arrebato iluso, pienso que igual me echa de menos y realmente no quiere perderme. Evidentemente, esta opción es la menos creíble, aunque existe. Soy muy consciente de lo que he perdido: una mujer preciosa, inteligente, culta, dulce, tierna, cariñosa, buena, apasionada... alguien con quien disfruto muchísimo en todos los sentidos. Pero no tengo tan claro que ella sea consciente de lo que puede perder. Sé que tengo mis defectillos (que iré subsanando con mi fuerza de voluntad), pero tengo muchas virtudes que creo que ella valora. Sé que habría podido quererme al final. Ahora nunca lo sabremos. Esta noche he soñado con mi abuela, que murió hace ya 11 años. Tenía el aspecto de siempre y no distorsionado, como suele suceder en los sueños. Lo más curioso es que me ponía a hablar con ella como si fuese una amiga y le contaba todo lo que había pasado. Ella sólo me dijo una cosa que solía decirme mucho: mi Inma vale un imperio, jeje. Qué bonica. Me he despertado triste al darme cuenta de que sólo era un sueño y ella no está aquí con nosotros pero, por otro lado, me ha dado fuerzas para valorarme un poquito más. No creo que valga un imperio, pero merezco mucho la pena. Si me quiere, que no me deje marchar, que sólo hay una vida y hay que intentar compartirla con quien te hace feliz. TE AMO, CARMEN.