sábado, 21 de septiembre de 2013

Esta noche la estoy echando tanto de menos... he venido a casa y no puedo parar de llorar. La he perdido, sí. La he perdido para siempre. Sé que ya no se acuerda de mí o, si lo hace, ya no es con el cariño de antes. Siento mucho dolor y tristeza, la siento tan lejos de mí...
Ayer la vi después de varios días y sentí una mezcla enorme de alegría y profunda tristeza. La vi preciosa, como siempre, pero tenía un halo de tristeza. Es ella -pensé-, lo pienso ahora y tal vez siga haciéndolo durante mucho tiempo pese a las cosas que me dijo. No sé qué es peor, que te digan que ya no sienten nada por ti o que sientan rechazo hacia ti. Uf, rechazo. Qué fea palabra. Las cosas bonitas que sentía ya no están, y todo eso se ha transformado en rechazo. Sé que lo merezco, lo sé, ya que mi comportamiento no tiene excusa. Pero, lejos ya de todo eso, mi esperanza se terminó de ir al garete. Echo de menos todo en ella. Su sonrisa bella, cuando asiente con una lenta caída de párpados, cuando me miraba de esa manera que me hacía sentir la única mujer en el mundo... A veces me queman tanto la piel y los labios de pensar en ella que duele. Y no es un dolor que desaparezca fácilmente. Se ha metido de veras en mi piel, en mis venas, me recorre entera y no hay vacuna contra esto. Si acaso el tiempo. Cruel tiempo que todo hace olvidar o, en su defecto, mitiga el dolor de la ausencia. A veces amigo, es cierto. Voy a centrarme en ser la persona que siempre he querido ser y sé que no estoy tan lejos de conseguirlo. Ahora lo sé más que nunca. He perdido a una gran persona por ese comportamiento estúpido y pueril. Si ella supiera cuánto me duele... si supiera cuánto la amo a pesar de sólo conocerla desde hace dos meses. Se ha convertido en uno de mis dos grandes amores. Qué pena que ya nada vuelva a ser como hace dos meses, cuando la vida nos reunió y todo parecía brillar a mi alrededor. Ahora miro con tristeza la marca que quedó en mi rodilla después de una noche de pasión... recuerdo que me dolía, pero dicen que palos a gusto no hacen daño... jeje, qué bonitos recuerdos me quedan. Aquellas noches en que nos cantábamos, tumbadas en su sofá... cuando me abrazaba por detrás en ese mágico concierto y luego cómo sentía escalofríos cuando llegamos al hotel , totalmente ignorante de que ella me deseaba en ese momento, y ya en la cama rozaba su piel por casualidad y sentía su respiración en mi rostro... Ay, la vida. Ojalá me dé otra oportunidad de amarla como ella se merece. Pero no quiere saber nada más de mí...y eso me mata.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La vida me enseña cosas cada día. La última lección es NO TE ENAMORES NUNCA MÁS. El motivo: vas a sufrir sí o sí. Ayer estuve en la consulta del psicólogo porque, tras mi última ruptura amorosa, además de sentirme completamente hundida y haber tenido ideas autodestructivas en más de una ocasión, han aflorado mis debilidades e inseguridades más que nunca. La finalidad de mi visita a la consulta no ha sido otra que conocer el porqué de mi comportamiento, si es miedo, inseguridad, locura... Qué es lo que me ha llevado a este comportamiento agobiante que ha acabado por alejar de mí al ser querido. Y es que, analizado en frío, mi comportamiento del otro día fue absolutamente patético, ridículo, vergonzante... No me extraña, sinceramente, que ella me haya dejado. Al margen de las ganas de desaparecer de la tierra y el deseo irrefrenable de llorar, al que doy rienda suelta siempre que puedo, mi mayor "preocupación" es conocer por qué soy así. Es cierto que la situación de la relación no ha ayudado mucho a mi inseguridad. En ningún momento la relación ha estado "segura", ya que ella acababa de salir de otra relación y no estaba preparada para empezar una nueva. Ante esto es cierto que le reprocho que haya comenzado una relación conmigo si realmente no podía. Me ha hecho ilusionarme al máximo. No justifico con ello mi comportamiento asfixiante, pero sí que me concedo una tregua en la culpabilidad que llevo sintiendo desde hace varias semanas. Me estoy valiendo de la rabia que siento hacia ella para poder salir a flote. Quiero conocerme, saber quién soy. Todavía no lo sé. Estoy pasando una mala época que espero acabe pronto. Siento unas ganas inmensas de salir corriendo, ya que la idea del suicidio la intento descartar o posponer para cuando no haya más remedio. Si bien le reprocho que se haya involucrado en una relación sin estar preparada, no le reprocho tanto el hecho de que no quiera volver a verme. Yo tampoco querría seguir viéndome. Soy una persona llena de amor, de cosas buenas para dar.... pero cuando me siento insegura, siento un miedo atroz que me lleva a hacer estupideces. Ojalá algún día volvamos a coincidir en la vida, ella libre (en cuerpo y alma) y yo también. Seguramente en condiciones normales seré una buena pareja, una buena compañía en la vida. No me cabe la menor duda. Lástima que ella no vaya a concederme otra oportunidad. De hecho, he visto alguna foto suya en la que se ve claramente que lo está pasando en grande. Me alegro por ella, pero jode bastante que ella no sienta absolutamente nada de pena por esta situación, que no le haya costado nada echarme de su vida, ya que le estorbaba. Jode mucho. La vida dirá.