lunes, 11 de noviembre de 2013

La vida: unas veces cruel. Otras, ilusionante. Y las personas, una auténtica caja de sorpresas. Llevo una sonrisa por compañera, de las sinceras, de las que intentan transmitir todo lo bueno que hay en mí. Este cambio de actitud está resultando determinante para mí y, lo mejor de todo, es que estoy empezando a valorarme de verdad. Incluso, diría yo, a respetarme, a sentir que no sólo pierdo yo. Sólo hay una vida y ésta no corre, vuela. Dentro de un mes justo cumpliré un año más y estoy dispuesta a no dejar pasar ni un solo segundo sin disfrutarlo. Basta de llorar. Basta de sufrir. Quiero vivir.

No hay comentarios: