miércoles, 8 de octubre de 2008

La soledad...en el dentista

A veces es inexplicable que aparezcan ciertos sentimientos en los momentos más inesperados. Esta tarde, mientras esperaba en la sala del dentista, mientras esperaba que la anestesia hiciese su efecto, cuando el dentista ha abandonado la habitación durante unos largos 15 minutos, me ha invadido una enorme sensación de soledad. Sé que la situación puede parecer ridícula pero ahí estaba yo, con la boca medio dormida y muerta de miedo ante lo que me esperaba. Sin embargo, me he sentido tan indefensa que durante un momento he necesitado llorar. Y no llorar porque fuesen a sacarme otra muela, sino por el hecho de que nadie había ido a acompañarme y he tenido que pasar por ese "duro" trance yo sola. Es duro hacerse mayor. Es duro no tener a nadie a tu lado. No sólo en el dentista, sino en cada momento de la vida.

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